Mariela Nazareno, María Gabriela Villalba, Diana Rueda, Cecilia Calle y María José Blum ofrecerán un concierto el próximo viernes 9 de mayo en el coliseo Voltaire Paladines Polo de Guayaquil.
Es una histeria colectiva la aparición pública de las Kiruba, las cinco jovencitas que han revolucionado la música pop ecuatoriana. El próximo miércoles recibirán un disco de oro, otro doble disco de oro y disco de platino. Todo un récord por 17 mil copias vendidas en apenas tres semanas.
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Detrás de este fenómeno hay un equipo de producción que invirtió millón y medio de dólares, encabezado por Gonzalo Ponce Leiva, de Teleamazonas, y el colombiano Frank Scheuermann, de Teleset.
La empresa colombiana ya tenía la experiencia de la realización del programa ‘Popstars’ en ese país. El proyecto se implementó en Ecuador desde octubre, y la preproducción, con un cronograma de actividades claro, se empezó a aplicar desde el 4 de noviembre.
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Allí, 500 personas entraron en escena para llegar a las audiciones de casi 3 mil chicas en cuatro ciudades. Con este trabajo, un nuevo género televisivo se implantaba en el país: el reality show. Ya desde enero se sabía quiénes iban a formar parte del staff de profesores, e incluso el productor del disco de las ganadoras: Eduardo de Narváez, quien fue el productor de Clásicos de la Provincia, de Carlos Vives, y de la gira Pies descalzos, de Shakira.
Gonzalo Ponce tiene conocimiento en este tipo de actividades, pues ideó el disco acústico de Video Show, en el que se grabó por primera vez el corte Tabaco y Chanel, de Coqui Villamizar, ganador del Grammy 2003 con su grupo Bacilos.
Ponce pidió a los músicos ecuatorianos que enviaran demos para grabar con las Popstars. Pero nadie lo hizo. Solo Claudio Durán, uno de los jurados, mandó una cinta con la maqueta de Mirando como un bobo. Nadie más se interesó en el proyecto. Así, con un disco a cuesta, con la emotividad de un reality show, en el que se entendieron las lágrimas y el esfuerzo de las chicas, la gente se ha compenetrado con las cinco integrantes de Kiruba. Por cada disco que venden, las chicas obtienen casi la mitad de las regalías: es decir, si la gente compra los discos piratas del grupo, Mariela Nazareno no podrá construir la casa para su madre.
Conforme pasan los conciertos, hay que aumentar el personal de seguridad para que no les pase nada. Hay ocho hombres que cuidan a las Kiruba. ¿Recuerda la escena famosa de la película It’s been a hard day’s night de The Beatles, cuando cambiaban de auto para escapar de los fans? Algo así pasa con Kiruba.