¿Ese es Carlos Monsivais? La pregunta era recurrente en algunos de los grupos de personas que estaban en los exteriores del Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, donde el escritor mexicano tenía previsto ofrecer una conferencia a las 19h00 del pasado martes, en el marco del Primer Congreso Internacional del Libro y la Lectura.

Monsivais, con su escaso cabello blanco un tanto alborotado, llegó unos 20 minutos antes de su participación, en un taxi, e ingresó al recinto solo, sin la compañía de ninguno de los organizadores. Quizá por ese detalle surgió la duda del público. Se detuvo en la escalera para saludar al escritor Miguel Donoso, otro de los expositores del congreso, de quien es amigo. Al inicio de su intervención, dijo que la primera vez que vino al país fue por invitación del autor guayaquileño.

Publicidad

Monsivais disertó sobre el tema ‘Muerte y resurrección del libro’. “La lectura es el ingreso a la racionalidad, la fantasía y la grandeza de los idiomas”, afirmó y sentenció que los estímulos a la lectura algo consiguen, pero que en este campo no hay milagros. Los grandes lectores seguirán siendo minorías.
En cualquier sociedad solo una minoría lee y su proporción no crece al ritmo de la demografía, acotó. Minoritario también fue el público que acudió al teatro a escuchar la conferencia.

Con una mezcla de ironía y dolor, señaló que si bien los gobiernos a lo largo de la historia ensalzan el libro en ceremonias públicas, lo cierto es que los gobernantes no leen, entre otras cosas, porque no tienen tiempo. Recordó la anécdota de un periodista que le preguntó alguna vez a un senador qué estaba leyendo ahora, y el senador contestó: “Nada, porque me cambié de casa y tuve que meter mis libros en cajas”. ¿Y hace cuánto tiempo se cambió de casa? repreguntó el periodista. “Hace como ocho años”, repuso el entrevistado.

Publicidad

Sostuvo que nunca en este continente se ha juzgado la lectura provechosa por sí misma. Leer está bien si se viaja en avión, si se está enfermo, si se descompuso la televisión, pero no más, y con esa actiud pierde la sociedad, al abandonar una de sus ventajas primordiales: la lectura como estructura personal del conocimiento. “El que no lee se acerca a las ideas con miedo, rechazo previo, encono o veneración parroquial”, aseguró.

Otro de los males sociales, dijo, es la falta de renovación de la enseñanza, porque la tecnología deja  atrás a la pedagogía y no hay dinero para la tecnología. Aseveró que la mayoría abandona su proceso educativo en la primaria y quienes prosiguen ven la lectura como un rito de tránsito. Anotó que ahora el mercado está invadido por libros que solo lo son en apariencia, como los de autoyuda.

Destacó el trabajo de las escritoras en las últimas décadas, quienes aportan con un público propio y diversifican la sensibilidad. Refirió que en materia literaria está desapareciendo la provincia, pero que pervive lo provinciano en lo concerniente a la producción y distribución del libro. Cuando terminó la conferencia, Monsivais se reunió con Iván Egüez y Miguel Donoso.

CONFERENCIA
MESA REDONDA

Antes de la conferencia de Carlos Monsivais, el pasado martes hubo varias actividades. A las 16h30 se desarrolló la mesa redonda ‘Lectura y escrituras literarias’.

PARTICIPANTES
Estuvieron como expositores los ecuatorianos Cecilia Ansaldo y Miguel Donoso, el cubano Luis Suardíaz y la colombiana María Candelaria Posada. Moderador fue Francisco Proaño.

LIBRO
A las 18h00 se presentó la novela para público infantil Amigo se escribe con H, ganadora del premio Norma Fundalectura, de la ecuatoriana María Fernanda Heredia.