Imaginen una película que se desarrolla entre el set de filmación de Being John Malkovich, los pantanos de Miami, la intelectual Nueva York, y la frívola Los Ángeles. Y en esos escenarios a un patético, semicalvo, engordado y perdedor Nicolas Cage, a Meryl Streep con un papel sorprendente tras las huellas de un excéntrico botánico, las actuaciones especiales de Charles Darwin escribiendo la Teoría de la evolución, John Malkovich vestido de mujer en esa escena onírica en el restaurante en la que todos los presentes son él; y añadan a otro Nicolas Cage, igual de gordo y calvo, pero con éxito.