Empleados están impagos y el Gobierno no envía las partidas para la compra de alimentos.

El abandono familiar y la falta de ayuda por parte del Estado, hace que la nostalgia y la soledad sean los permanentes compañeros de la mayor parte de los 41 ancianos que viven en el asilo de esta ciudad, ubicado en el kilómetro tres de la vía Quevedo-Santo Domingo de los Colorados.

La vida va pasando lentamente, como lento es el paso de los ancianos que viven en este claustro de más de una hectárea. “Muchas veces caemos en la depresión y eso hace que perdamos el interés por vivir”, señala con emoción Jorge Alencastri Farah, de 75 años, quien permanece desde hace más de un año en este centro asistencial.

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Alencastri explica que se jubiló luego de estar enrolado durante 45 años en la Armada, de la que salió con el grado de Suboficial especializado en guerra antisubmarina. “Debido a mi trabajo tenía que viajar por el mundo y no tuve la oportunidad de convivir con mis hijos, creo que por esto me abandonaron; pero quisiera verlos más seguido para tener la oportunidad de abrazarlos, porque no pude hacerlo cuando eran pequeños”, refirió con lágrimas en los ojos.

Sin recursos
Pero además de la ausencia de sus seres queridos, los ancianos sufren las consecuencias de la falta de recursos para la administración del asilo.

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“El Ministerio de Bienestar Social no envía las partidas correspondientes para la alimentación de los ancianos y el salario del personal está impago desde enero; trabajamos por cariño a estas personas desprotegidas y faltos de amor, inclusive el de sus familiares”, dijo Marlene Zambrano, directora del asilo.

Los ancianos sobreviven gracias a la donación de alimentos que realizan propietarios de tercenas, panaderías, vendedores de pescado, piladoras, agricultores, y el dinero que mensualmente entregan algunas entidades a la Fundación de Rehabilitación del Menor (Fureme), que también da asistencia al asilo, comentó Jazmín Erazo de Jiménez, ecónoma de la casa asistencial.

“Aunque enviamos el presupuesto para el presente año, el Ministerio de Bienestar Social respondió que debíamos trabajar con el presupuesto del año anterior; pero no recibimos los 936 dólares mensuales para la alimentación y los 796 dólares para el sueldo de los empleados, desde el mes de enero”, comentó Erazo.

ANCIANOS

ENFERMOS
Los ancianos en su mayoría sufren de demencia senil o mal de Alzheimer y necesitan cuidado especial.

PROCEDENCIA
Provienen de Quevedo, Vinces y Palenque (Los Ríos), Ambato, Guayaquil  e inclusive hay una anciana shuar.

ATENCIÓN MÉDICA
El médico Julio Torres Segarra los atiende dos veces por semana y varios laboratorios donan medicinas genéricas.

ÁREAS
El asilo cuenta con sala de estar, dormitorio, comedor, bodega de alimentos, dispensario médico, farmacia, sanitarios, capilla, oficina de administración y terrenos, en donde algunos ancianos tienen un criadero de gallinas.