El actor Antonio Banderas tenía previsto debutar ayer en Broadway con el musical Nine, en el que interpreta en inglés un papel de gigoló, lo que representa un desafío en una carrera hasta ahora más centrada en el cine.
En una reciente función de preestreno, el actor malagueño fue recibido con una cálida ovación apenas apareció en el escenario como un lobo solitario, rodeado por 16 mujeres de diferentes edades y todas locas por él.
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Pero su papel no es el de don Juan sino el de Guido Contini, un director de cine italiano que en la madurez atraviesa una crisis emocional y profesional.
Durante dos horas y media, Guido repasa sus relaciones con diversas mujeres y en particular con Luisa, su paciente esposa; con Carla, su amante preferida, y con Claudia, su eterna musa.
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Banderas es el único personaje masculino del musical, con la excepción del niño que le representa cuando tenía 9 años. Dirigida por David Leveaux, Nine es la adaptación de una versión que se presentó en Broadway en 1982 y que se inspiraba en el filme Ocho y medio, del director Federico Fellini.
Sin embargo, nada queda del sello Fellini en esta nueva versión, donde el propósito y la estética se banalizan con diálogos superficiales y los 50 minutos de drama del segundo acto son algo tediosos.