Saben que la experiencia es un arma implacable a la cual acuden cuando los años no son una buena excusa para poder salir airosas de una situación donde también participan “las más jóvenes”. Ellas son mujeres felices, realizadas, activas y dispuestas a demostrar que en la edad menopáusica, todavía hay terreno por descubrir y batallas por ganar.
Sus bien llevados 50 años son diferentes a los que padecieron algunas madres y abuelas debido a la escasa información y prejuicios de épocas pasadas. Aunque los tiempos han cambiado, todavía se cree que la mujer en esta edad debe “archivarse”, “tirar la toalla” o peor aún dedicarse a tareas menos laboriosas como tejer, jardinería casera, cuidar a los nietos, entre otras. Pero estas madres, abuelas, empresarias, pintoras, voluntarias, políticas, demuestran que los retos psicológicos y sociales a los que se enfrenta la mujer en etapa de climaterio, no han sido problema para ellas, porque saben sacarle el jugo a cada momento de su vida profesional y familiar.
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Cecilia Calderón de Castro
Economista y política
Tres hijos, no es abuela
Ha dedicado gran parte de su vida a la política a pesar de haber enfrentado la muerte de su madre (también dedicada a la política), tres tías y hermano menor en un mismo accidente (ella tenía 20 años). Luego, el asesinato de su padre Abdón Calderón Muñoz. Esto le sirvió para enfrentar la vida con más fuerzas. “De repente, todo el apoyo de mis padres desapareció. Mi madre atendía el negocio familiar por lo que, entre mis hermanos, tomamos decisiones importantes. Mi esposo también me ayudó”.
Está consciente de que el mundo está en un período interesante de avances tecnológicos. “Actualmente debo competir con los más jóvenes y para eso trabajaré junto a mi hijo Iván”. Comenta que si no fuera por el espejo, no se daría cuenta que el tiempo ha pasado. “Estoy viviendo una etapa nueva porque estoy emprendiendo otras actividades, es como dicen ‘a la vejez, viruela’. Quiero retomar la docencia en la Universidad Católica de Guayaquil, ese contacto con jóvenes como que me mantiene de esa edad” (se ríe). Cecilia luce sus cincuenta y pico en el gimnasio. Acude de lunes a viernes durante una hora. “Una de las cosas que más afecta a las mujeres de mi edad es la partida de los hijos. Lo mejor es llenar ese vacío con el esposo. En mi caso, con Iván Castro (53 años), caminamos solos por la vida, nos dedicamos más mutuamente. Además crecemos intelectualmente”.