Voluntaria y escritora
Dos hijas y un hijo, abuela
Desde muy joven su pasión ha sido ayudar a quienes menos tienen. Por ese motivo ha dedicado 22 años de voluntariado, “esto es lo que me da vida porque no existe nada más hermoso que ver la sonrisa de alguien a quien se ha ayudado a tener mejores condiciones de salud”.
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Ha escrito una antología de cuentos con el título Sentidos opuestos en el que habla de la mujer y de todas sus facetas. Aparicio Plaza (54 años) es quien ha sido testigo de la incansable actividad a la que se ha sometido Leticia. “Me casé con él hace 30 años y, junto a mis hijos, se sorprende porque me dedico con ahínco a varias actividades”.
Sus tareas no terminan allí, ella decidió retomar sus estudios universitarios. Además, tiene tiempo para ir una hora diaria al gimnasio. “Dejé la universidad por atender mi matrimonio. Terminar mis estudios de Literatura ha sido siempre mi realización total. Aproveché el tiempo de casada autoeducándome y desde los ocho años escribo, por lo que las letras se convirtieron en mi otro amor”.
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Ella prefiere la soledad para poder escribir y enseña a colegiales el arte de la expresión por medio de la palabra. “Esto forma parte de lo que me mantiene viva y creo que esa es la parte medular de tener 50 años. Todo radica en organizar el tiempo y poner mucho amor en todo lo que hagamos”.
Su ideología es encontrarse a sí mismo, buscar un sentido a la vida para llegar a una meta. “El voluntariado me ha permitido ver que mis problemas no son nada si los comparo con los de las personas que sufren ciertas enfermedades y conocer de cerca el dolor y la muerte”.