El director griego Costa Gavras, conocido por sus filmes de denuncia, llega a las salas de cine guayaquileñas con una cinta que tiene tanto detractores como adherentes y que causó cierto malestar en la Iglesia Católica, institución contra la cual arremete. Amén, palabra de origen hebreo que significa ‘así sea’, sirve de título para esta película de 132 minutos de duración, en la que Gavras narra el exterminio masivo de los judíos por parte del régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial, un hecho que, según plantea, contó con la anuencia del Vaticano y del entonces Sumo Pontífice, Pío XII.

Para este filme, que se basa en la obra de teatro El Vicario, de Rolf Hochhut, de 1963, Gavras no utiliza imágenes violentas, pues prefiere sugerir antes que mostrar, pero en la parte argumental no se consuela con símbolos. Kurt Gerstein (interpretado por el actor Ulrico Tukur), un oficial alemán, descubre la barbarie que propicia la institución a la que pertenece, por lo cual trata de denunciar el hecho ante el Vaticano. Pero nadie lo escucha, salvo Riccardo Fontana (Mathieu Kassovitz) un joven sacerdote jesuita, cercano al Papa. Sin embargo, ni las pruebas del holocausto ni las convicciones éticas de Fontana, quien revela ante la iglesia lo que vio Gerstein, logran convencer al Papa Pío XXII para que se pronuncie en contra del genocidio. El Vaticano calla, y ese silencio lo convierte en cómplice, según la visión del cineasta. Es esta acusación contundente lo que ha molestado no solo a la iglesia sino también a cierto sector de la crítica, que ve esta cinta como sectaria sin matices y con una carga ideológica que le resta posibilidades artísticas.

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¿Pero qué obra de arte no está, de alguna forma, imbuida de la mirada personal del creador, de sus convicciones y de su manera de interpretar el mundo? Amén es la visión de Gavras, un director que cree en el derecho a la vida, en la solidaridad, que recrea un fragmento de la historia y que se permite señalar y acusar a instituciones emblemáticas como el Vaticano. Una cinta directa, pero no obvia; realista, pero con metáforas, que se exhibe en los Supercines.