La Casa de las Palomas, construida en 1875 y una de las más antiguas de la ciudad continúa, luego de 16 años, en un proceso de restauración aún inconcluso por la falta de recursos, informó Mónica Zavala, presidenta de la Dirección Regional del Instituto de Patrimonio Cultural.

La casa tuvo varios dueños, pero es entre 1908 y 1912, al pasar a poder de la familia guayaquileña Rendón Tinoco, cuando cobra importancia arquitectónica y patrimonial.

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Joaquín Rendón Araujo envió a sus hijos a estudiar pintura en Francia, pero uno de ellos retornó al poco tiempo y se empeñó en llenar la casa de murales, en los que representó cientos de palomas.

En 1922 la compra Salvador Narváez, y a su muerte, en 1972, la casa inicia una fase de deterioro que obliga a que en 1987 la familia Narváez Célleri la venda al Instituto de Patrimonio Cultural Regional del Austro para su conservación.

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Susana González, en ese entonces directora del instituto, instala en la casa la sede de la entidad y en octubre del mismo año inicia la restauración arquitectónica.

En 16 años solo se han recuperado 302 metros cuadrados, el 50% del edificio. “Disponemos apenas de 10 mil dólares que entregó el Fondo de Cultura, lo que nos permite tener un solo restaurador”, afirma Zavala.

Patrimonio
Su nombre
Se la denomina la Casa de las Palomas porque todas sus dependencias tienen murales en los que predominan las palomas, que abundaban en los tres patios de la casa, relata Antonio Carrillo, funcionario del Instituto de Patrimonio Cultural.

Área
Tiene 606,72 metros cuadrados de construcción y 238 metros cuadrados de terreno, con tres patios y un pozo. La vivienda está construida en adobe, bahareque, madera y teja.

Se modernizará
El Instituto de Patrimonio Cultural tiene un proyecto para que en el futuro seinstale una galería, salón auditorio, museo de arqueología e implementar un recorrido turístico por toda la casa.