Una chica de 21 años, disfrazada de conejita y llamada Dorremí, aparecía en la pantalla de algunos televisores, cada tarde, de lunes a viernes, comiendo zanahoria y saltando con varios niños, al ritmo de una música infantil de fondo.
Al grupo se unía otra joven que interpretaba al Duende Gregorio y una de las dos que hacían el papel de la Abeja Lelé o la Mariposa Alita. Así comenzaba el programa infantil ‘Rinconcito’ que transmitió Ecuavisa en 1979 y reprisó en la década de 1980.
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Han transcurrido 23 años del estreno de ese espacio educativo para niños de 1 a 5 años y Martha Ycaza Oehlke (hoy con 44 años), la recordada Conejita Dorremí de ‘Rinconcito’, todavía mantiene, en otro rincón de la ciudad, ese contacto permanente con quienes más ama: los niños.
En el día se desempeña como maestra parvularia de los alumnos del área preescolar del Colegio Alemán Humboldt y en las tardes es la madre preocupada que atiende y comparte juegos con su hijo Andrés (8), sin descuidar a sus hijas adolescentes: Cristina (18) e Isabela (14), en su casa de Urdesa.
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De vez en cuando realiza talleres particulares de títeres, iniciación musical, animación a lectura y con el cantautor Nerio David Pérez elaboran proyectos musicales, como el de Luna Clara, que es la recopilación de canciones infantiles en un casete que está a la venta en el mercado musical.
Su amor por los pequeños la llevó a estudiar Educación de Párvulos en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y más tarde al programa ‘Rinconcito’ que dirigía Verónica Ycaza, su hermana.
Fue su familiar quien la denominó Conejita por el tamaño de sus dientes y Dorremí porque este personaje enseñaba a los niños el abecedario, los números o los colores, a través de canciones.
Allí compartió roles con otras compañeras: María Inés Tinajero (El Duende Gregorio), Marcela Santos (La Abeja Lelé), Ana Cristina Calderón (La Mariposa Alita) e Irene Ycaza (La Abeja Viajera).
Alternaba el trabajo en el canal con las prácticas universitarias en un jardín de la ciudadela La Pradera y con la animación de las fiestas infantiles de los hijos de sus amigas más allegadas.
Después que el programa salió del aire (1980) se casó y se dedicó a su familia. Pero continuó, como hasta ahora, su contacto con los niños desde otro rincón infantil: el de su labor como maestra parvularia y el de los talleres particulares de títeres, iniciación musical y animación a lectura.
Aun sin el disfraz café con blanco de coneja, Martha era reconocida por los niños en lugares como el Policentro, adonde se reunía con sus amigas.
“Yo escuchaba que las mamás decían ahí va la Coneja Dorremí y los niños se acercaban a preguntarme cómo me hacía chiquita, cómo volaba en la pantalla y otros trucos de cámara”, expresa.
Asegura que hasta ahora la reconocen los amigos de su hija Cristina o sus colegas parvularias más jóvenes del Alemán Humboldt.
Martha Ycaza recuerda a la Coneja Dorremí y a ‘Rinconcito’ como una linda etapa que le gustaría repetir, tras cámaras, en la producción de un programa infantil acorde con la evolución de los niños de esta nueva generación. (MA)