El amorfino (no la expresión literaria-musical)  sino la tonada-danza, fue un tradicional baile popular que por generaciones ejecutaron los montubios en recintos y caceríos del norte de Manabí. Su origen está en la antigua danza española. El primero en pautar su música fue el antropólogo español Marco Jiménez de la Espada en el año de 1881, el  que registró la siguiente copla: