El músico argentino Charly García decepcionó anoche en un festival de rock en Quito donde se lucieron, ante unos 10.000 espectadores, sus compatriotas Fito Páez y Gustavo Cerati, el conjunto colombiano "Aterciopelados" y el grupo local "Cruks en Karnak".
El rockero se encuentra detenido en el Centro de Detención Provisional (CDP) de Pichincha, por órdenes del Intendente de Policía capitalino, Víctor Hugo Olmedo.
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García tenía que cerrar la madrugada de este sábado el "megaconcierto" en el coliseo Rumiñahui, de la capital, pero después de entonar una canción abandonó el escenario mientras arremetía a puntapiés contra los micrófonos y otros equipos de sonido.
En un acto de furia incomprensible, el rockero de los bigotes de dos colores defraudó a sus fanáticos ecuatorianos que habían esperado con ansias su presentación, considerada como regalo de Navidad y Año Nuevo.
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El "magaconcierto" lo abrió Cruks en Karnak, el grupo ecuatoriano de rock más popular, que repartió su habitual repertorio para deleitar y calentar a los espectadores, mientras el conjunto "Aterciopelados" hipnotizó con su ritmo a quienes ya se preparaban para el "plato fuerte" con Cerati, Páez y García.
Los colombianos, con sus melodías pegajosas, pusieron a bailar a muchos y consolidaron una noche mágica que siguió con un Cerati nuevo.
"Cerati, no es el mismo", opinaron algunos fanáticos que anhelaban escuchar las míticas canciones que compuso cuando integraba el conjunto "Soda Stereo", uno de los mejores símbolos del rock latino de las últimas décadas.
El nuevo repertorio de Cerati, poco difundido en Ecuador, no alcanzó a agradar a todos que esperaban escuchar algo más "de música ligera".
Fito Páez consiguió lo que pocos hacen, calentar la gélida noche quiteña y puso a vibrar a los fanáticos que con paroxismo corearon a todo pulmón su tema "Mariposa tecnicolor".
Pero el recital se enfrió cuando García paró la música (en la segunda melodía), empezó a patear las equipos de sonido, lanzó micrófonos y abandonó el escenario, sólo para ir a camerinos y seguir rompiendo otros objetos.
El rockero argentino justificó su ira porque los equipos de sonido no estaban acordes a su delicado gusto y huyó del "rap de las hormigas" que le proponía la capital ecuatoriana.