Venezuela puede estar cerca de una explosión social a causa del desabastecimiento que provoca la huelga impulsada por la oposición desde el pasado 2 de diciembre, dijo un portavoz del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
"Una situación de desabastecimiento similar a la de hoy provocó la mayor explosión social en la historia de Venezuela", dijo Marco Aurelio García, asesor de Lula en asuntos internacionales, que la semana pasada estuvo en Caracas a fin de conocer de primera mano la situación.
García aludió al "Caracazo", como se recuerda la insurrección civil contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez que degeneró en una semana de saqueos y culminó, tras una violenta represión, con un alto y jamás precisado número de muertos.
Esa explosión social que comenzó el 27 de febrero de 1989 fue atribuida entonces a la combinación de un aumento de los precios de la gasolina con un fuerte desabastecimiento de productos básicos.
En declaraciones al canal de televisión GloboNews, García explicó que los temores a que esa ola de violencia se repita han llevado a Brasil a decidir vender gasolina a Venezuela, lo que la oposición al presidente Hugo Chávez ha considerado como una "intromisión".
La paralización de la industria petrolera es considerada clave por la oposición para conseguir su objetivo de forzar la renuncia de Chávez o la convocatoria de elecciones anticipadas.
Según García, la venta de gasolina a Venezuela para paliar el desabastecimiento de combustibles ha sido aprobada no sólo por Lula, sino también por el jefe de Estado saliente, Fernando Henrique Cardoso.
"Solo se trata de colaborar y evitar que la situación degenere hacia más violencia. El resto del problema lo deben resolver los propios venezolanos y Brasil desea y confía en que sabrán encontrar una salida pacífica a la crisis", apuntó García.
No obstante, la oposición venezolana tiene otro enfoque.
En una entrevista que publica hoy el diario Folha de Sao Paulo, el ex alcalde de Caracas Antonio Ledezma, uno de los líderes de la opositora Coordinadora Democrática, lamentó que Brasil haya optado por vender gasolina a Venezuela.
"Creemos que es una intromisión en los asuntos internos del país. Es un incidente lamentable y esperamos que sea aclarado por el bien de las relaciones entre ambas naciones", dijo Ledezma.
Ni el gobierno brasileño ni la petrolera estatal Petrobras han informado sobre el volumen de ventas ni tampoco han precisado cuándo comenzará a ser transportado el combustible brasileño.
Según el presidente Cardoso, se trata de operaciones comerciales entre las empresas Petrobras y Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y no tienen el contenido político atribuido al asunto por la oposición a Chávez.