Según los libros, la civilización mesopotámica es la más antigua, pero ahora, tras un hallazgo, expertos chinos dicen que el título es de sus antecesores.

La teoría más extendida señala que la civilización china nació hace unos 5.000 años, unos dos milenios después de la mesopotámica, pero un grupo de expertos ha asegurado, tras el reciente descubrimiento de unas antiguas ruinas, que la cultura china tiene 10.000 años y es la más antigua del mundo.

Aunque las ruinas ahora halladas tienen ocho milenios, no son pocos los científicos que se atreven a añadir dos millares de años más a la cultura china y asegurar que esta tiene 10.000 años, entre ellos el director del Instituto de la Historia de las Nacionalidades, Shi Shi, un destacado experto en el asunto.

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Si Shi Shi estuviera en lo cierto, la china sería la civilización más antigua de la Historia, ya que por ahora se considera que las primeras civilizaciones sedentarias nacieron en Mesopotamia hace unos 9.000 años: las culturas Hassuna, Samarra, Halaf y Obeid, antecesoras de Sumeria, Acadia y Babilonia.

Mesopotamia es la región al oeste de Asia, que incluye la parte centrooriental de Iraq y el suroeste de Irán, situada entre los ríos Tigris y Éufrates.

La teoría de esta nueva corriente arqueológica no solo desafía a los libros de Historia de todo el mundo, sino también al historiador más famoso de China, Si Maqian, un erudito de la dinastía Han (a principios de nuestra era) que fijó el origen de la cultura china en el Río Amarillo y en el 2.200 aC.

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Según las obras de este antiguo experto, que siguen siendo estudiadas en las escuelas chinas, la primera dinastía del país fue la Xia (siglos XXI-XVII antes de nuestra era).

Maqian, una especie de Homero chino que en su Registro de la Historia mezcló historia y leyendas, señalaba que la civilización china nació con los emperadores Huang-di (el Emperador Amarillo) y Yan-di.

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Huang-di es más leyenda que realidad, ya que se asegura que él, su esposa y los ministros de su corte inventaron la escritura, la rueda o el té. También se afirma que gobernó durante 100 años y que subió al cielo en un dragón.

Sin embargo, se acepta hasta ahora que el Emperador Amarillo es una leyenda que esconde a un personaje real, un caudillo mucho más mundano y sin poderes extraordinarios, que lideró a las primeras tribus neolíticas en China.

Ante todo esto, los especialistas señalan que las ruinas de Dadiwan (en la provincia de Gansu, también en la cuenca del Río Amarillo) muestran una civilización anterior.

Los restos de lo que parece ser un poblado prueban, según los expertos, que hace ocho milenios ya había hombres sedentarios.

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Los diferentes tamaños y estilos de las viviendas indican que había una división social entre líderes del clan y súbditos, otra muestra de civilización. Además, la presencia de cerámicas de colores (se han hallado más de 200 objetos de distintas épocas) desmiente la teoría de que la alfarería fue inventada en Oriente Medio y que se extendió luego a China, ya que la edad de recipientes hallados es similar a la de restos más antiguos de esa zona.     

Los historiadores de casi todo el mundo definen que unas ruinas pertenecen a una “civilización” cuando muestran vestigios de religión, escritura, urbanización y nacionalidad, pero los expertos chinos se oponen a estos criterios.

“Dadiwan no tiene los cuatro factores, pero estos solo sirven para medir las civilizaciones occidentales, no las orientales, que se desarrollaron de diferente forma”, reclama Lang Shude, del Instituto de Arqueología de Gansu.

El comunismo de Mao intentó acabar con la idealización de la tradicional China imperial, que en 1911 todavía mantenía formas políticas y sociales con milenios de antigüedad, pero los ciudadanos chinos actuales han recuperado el orgullo por su pasado, seguramente debido al nacionalismo imperante en el país.

Debido a ello, ha aumentado el interés por la arqueología, y los medios de comunicación, especialmente los oficiales, informan casi a diario de nuevos descubrimientos.