Luego de que Pyongyang (capital norcoreana) afirmó que reactivaría un reactor nuclear que ha estado fuera de servicio desde que se firmó un acuerdo de Ginebra en 1994, el presidente surcoreano Kim Jong resaltó que la declaración de Corea del Norte es inaceptable y acordó, junto al presidente estadounidense, George W. Bush, continuar buscando una solución pacífica al problema.