La compañía Aeropostal, la más importante de las tres aerolíneas venezolanas que operan vuelos internacionales, se sumó a una huelga general opositora que ayer lunes entró en su segunda semana para exigir al presidente Hugo Chávez que renuncie o convoque a elecciones adelantadas.
"A partir de este momento no estaremos volando. Solo realizaremos vuelos humanitarios y supenderemos 60 vuelos entre nacionales e internacionales en apoyo a la huelga", anunció la noche del lunes el capitán Pedro Camero, en representación de los trabajadores de Aeropostal.
Camero instó a los empleados y funcionarios del resto de aerolíneas venezolanas -entre otras, Acerca y Avensa que vuelan internacionalmente- sumarse a la huelga general "por Venezuela".
"Volar hoy en día en las condiciones en que se encuentra el país es bastante difícil. Debemos unirnos por Venezuela", añadió el capitán Camero, en rueda de prensa.
La noche del lunes en la página web del aeropuerto internacional Simón Bolívar de Caracas aparecían todos los vuelos nacionales cancelados y retrasados vuelos de las aerolíneas Iberia, Avianca y Dutch Caribbean Airlines.
Muchos ecuatorianos regresan desde España a Quito utilizando la aerolínea Air Europa desde Madrid a Caracas, desde donde AeroPostal se encarga de cubrir el vuelo a Quito.
La huelga general tiene al borde del colapso a la industria petrolera y la noche del lunes el presidente del gigante Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Alí Rodríguez, advirtió que el país deberá pagar una multa de 6.000 millones de dólares si no cumple las obligaciones petroleras pactadas para diciembre.
Al paro se sumó también la banca comercial, los empleados de algunos aeropuertos locales y de aduanas, anunció el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, uno de los líderes de la huelga general.
La huelga general fue convocada por la CTV (mayor central obrera), la Coordinadora Democrática (CD, partidos opositores) y la cúpula empresarial Fedecámaras, organizadores del paro que en abril pasado desembocó en el golpe de Estado que sacó a Chávez del poder por 47 horas.