El nuevo fracaso de las elecciones presidenciales en Serbia profundizará la rivalidad entre Vojislav Kostunica y Zoran Djindjic, las dos principales figuras del bloque democrático.
 
El actual presidente yugoslavo, Kostunica, fue el domingo el candidato más votado en las repetidas elecciones presidenciales serbias, que nuevamente fueron anuladas porque la abstención superó el 50%.
 
Los comicios quedaron invalidados como en octubre pasado, pero Kostunica y su Partido Democrático de Serbia (DSS) declararon que no reconocen ese resultado y que recurrirán a instituciones nacionales e internacionales.
 
Kostunica, el político más popular del país, acusó directamente a Djindjic, poco popular pero poderoso primer ministro de Serbia, del fracaso de las elecciones.
 
Según Kostunica, “Djindjic abogó por un boicot tácito y no hizo  nada por corregir el censo electoral en el que hay muertos, menores de edad y otras imprecisiones, lo que incide en el dato de participación”.
 
"El Gobierno de Djindjic se inscribe en el libro de los récords y en el libro de la vergüenza, porque convoca elecciones a la vez que hace campaña en pro de su fracaso", declaró Kostunica.
 
Kostunica y Djindjic formaban parte de la amplia y heterogénea coalición Oposición Democrática de Serbia (DOS) que derrotó a Slobodan Milosevic en octubre del 2000 e inició las reformas y el retorno del país a las organizaciones mundiales.
 
Pocos meses más tarde, resurgió la vieja rivalidad entre los dos políticos que a finales de la década de 1980, cuando Milosevic introdujo el pluripartidismo en Serbia, pertenecían al mismo Partido Democrático (DS).
 
Las crecientes desavenencias llevaron a mediados de este año a la expulsión del DSS de Kostunica de la coalición gubernamental DOS, aglutinada en torno a Djindjic.
 
Tras el fracaso de las presidenciales de octubre pasado, en las que Kostunica también fue el más votado, frente a Miroljub Labus, el candidato de Djindjic, hubo un intento de acercamiento que prometía un compromiso, deseado por el electorado, en aras de la estabilidad política en Serbia.
 
Sin embargo, duró poco tiempo, y Kostunica, que compitió ayer con dos candidatos "ultras", Vojislav Seselj y Borislav Pelevic, no obtuvo el respaldo unánime de todo el bloque democrático.
 
Ahora, Kostunica acusa a Djindjic de "no desear la edificación de las instituciones, la estabilización de la situación y el establecimiento del Estado de Derecho" y de "no necesitar el orden sino el caos" para gobernar.
 
Tras el nuevo fracaso de las presidenciales, el DSS podrá intentar anticipar las elecciones parlamentarias, mientras Djindjic puede maniobrar para que el presidente sea elegido por el Parlamento -que controla- en lugar de por sufragio universal.
 
Kostunica se quedará pronto sin cargo que ocupar, cuando la actual Yugoslavia dé paso al nuevo Estado de "Serbia y Montenegro", que elegirá nuevos representantes.
 
Los observadores internacionales en las elecciones expresaron hoy su preocupación por la profundización de la crisis en Serbia tras el fracaso electoral, que "daña la credibilidad internacional del país".
 
También "podrá repercutir negativamente en el futuro del proceso de reformas en Serbia", según advirtió la misión observadora de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
 
La OSCE indicó que el fracaso se debió entre otros motivos "a la decisión de partes importantes del espectro político de no destacar a sus candidatos" y atraer a más votantes a las urnas, en aparente alusión a Djindjic.
 
Las persistentes discrepancias en el bloque democrático serbio favorecen al crecimiento de las fuerzas antieuropeas y antigubernamentales, que tuvieron como su principal candidato a Seselj.
 
Este líder del Partido Radical Serbio (SRS), apoyado ayer por los socialistas de Milosevic, obtuvo aún más votos que en las elecciones de hace dos meses, en las que quedó tercero en primera vuelta.