El prelado recibió la recomendación de sus principales consejeros de ubicar a la diócesis bajo la protección de la ley de quiebras, pero aún no tomó una decisión, según las fuentes.

Declararse en quiebra tiene la ventaja de suspender todas las demandas civiles en curso e impedir que se inicien nuevas.

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Además, obligaría a las víctimas a reagrupar sus demandas individuales en un solo reclamo grupal, y daría al tribunal de faltas capacidad para instaurar un acuerdo global.

Law decidió a principios de año anular un acuerdo preliminar que otorgaba una indemnización de entre 20 y 30 millones de dólares a 86 víctimas del sacerdote John Geoghan, condenado por pedofilia.

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Las 86 víctimas y la diócesis de Boston llegaron a un acuerdo amistoso en agosto pasado por 10 millones de dólares por daños y perjuicios.