Un ratón  bajo los  escritorios
“Yo era supervisor de caja de un banco de la ciudad de Quevedo cuando de repente escuché unos gritos por parte de las cajeras.

“Al preguntarles qué era lo que les ocurría, me contestaron que había un ratón debajo de los escritorios. Entonces acudí a ayudarlas, inspeccioné debajo del lugar y de repente salió el animal y pegué un grito y un brinco que hizo que toda la gente de la agencia me viera de una manera extraña. ¡Qué vergüenza!”.
Patricio Granja

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El zapato equivocado
“Un amigo mío le aseguraba a su esposa que trabajaba horas extras, pero realmente se divertía con otro amor. Al día siguiente de una noche de pasión viajó con su esposa a la Sierra.
“Mientras conducía, descubrió algo aterrador. Al mirar al piso de la camioneta vio que aparecía la punta de un zapato de mujer.

“Aterrorizado, pidió a su esposa que mirara, por su ventana, a un raro pájaro que volaba cerca del auto.
“Mientras ella se viraba, rápidamente se agachó, agarró el zapato y lo echó.
“En una parada, su esposa se bajó, preocupada. ‘Me  saqué los zapatos para estar más cómoda y ahora me  falta uno’, repetía. Nervioso, sin saber qué decir, el esposo respondió que el caso era tan raro que podría ser cosa de extraterrestres”.
Adolfo Vinueza

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El calzoncillo que no sirvió de mucho
“Este trágame tierra no me ocurrió a mí, pero es tan increíble que vale la pena contarlo. Un amigo mío era  enamorado de una chica.  Un día  visitó por primera vez la casa de ella, pues lo habían invitado a comer.

“En plena visita le dieron ganas incontenibles de ir al baño. Al entrar en él,  por el apuro, no se dio cuenta de que no había papel higiénico. Cuando terminó, empezó a sufrir:   qué hago, cómo pedir papel, a quién decirle, ¡qué vergüenza!’.

En su suplicio, vio una ventanita que creyó daba al patio de la casa. ‘¡Ya sé!’, pensó. Se sacó el calzoncillo, se limpió con él, lo lanzó por la ventanita y salió del baño, como si nada.
Sin embargo, lo peor ocurrió después: la ventanita daba al comedor donde, estupefacta, toda la familia estaba viéndolo. El noviazgo, que apenas empezaba, terminó ahí”.
María López