Con el estreno ayer de El crimen del padre Amaro, en Estados Unidos, el filme mexicano dio comienzo a una carrera en Hollywood que, en medio de la controversia que le persigue, espera lograr un Oscar para su país.
“Yo soy de natural pesimista”, declaró el director de la cinta, Carlos Carrera, con una sonrisa beatífica en el rostro.
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“Pero me da gusto pensar que el sueño de que una película mexicana gane el Oscar esté cada vez más cerca”, añadió este joven realizador de una de las cintas más polémicas del año.
Se trata de una controversia que no evitó que México seleccionara a El crimen del padre Amaro como la representante de su cinematografía en la carrera por el Oscar, dentro de la categoría de mejor filme en lengua no inglesa.
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La cinta, inspirada en una novela de 1875 del escritor portugués José María Eca de Queiroz, narra la corrupción en el seno de la Iglesia Católica mediante la relación de un joven y ambicioso párroco con una niña beata y enamorada, de 16 años.
Gracias o a pesar de la polémica levantada por grupos católicos conservadores, que han animado al boicot, esta película recibió buenas críticas en la prensa estadounidense e incluso se espera que contará con un apoyo amplio del público en ese país.