Sin poder evitar las lágrimas, Arantxa  Sánchez Vicario, la mejor tenista española de todos los tiempos, anunció este  martes, en rueda de prensa en Barcelona, su retirada del tenis, al que le  dedicó 17 años de su vida porque, dijo, "ha llegado el momento". 
 
En una multitudinaria rueda de prensa, con la emoción a flor de piel y sin  privarse de algunas lágrimas, la que fuera número uno del mundo anunció el  abandono de la raqueta que tomó por primera vez siendo niña para instalarse en  la élite durante casi veinte años de su vida. 
 
Arantxa adujo que tomó la decisión por motivos "exclusivamente personales"  y por entender que "ha llegado el momento". 
 
La española ganó 29 títulos del circuito WTA en individuales, cuatro de los  cuales fueron del "Grand Slam". La tenista venció tres veces en Roland Garros  (1989, 1994, y 1998) y una en el US Open en 1994, disputando otras tres veces  la final en Roland-Garros (1991, 1995, 1996), dos la del Abierto de Australia  (1994,1995), dos la de Wimbledon (1995,1996) y una la del US Open (1992). 
 
Próxima a cumplir 31 años el 18 de diciembre, Arantxa ocupó el primer  puesto mundial en individuales en tres ocasiones (del 6 al 19 de febrero de  1995, del 27 de febrero al 9 de abril de 1995 y del 15 de mayo al 11 de junio  de 1995). 
 
Asimismo colaboró en la obtención de cinco copas Federación para España y  recibió el premio Príncipe de Asturias de Deportes en reconocimiento por su  trayectoria en 1998. 
 
La mejor tenista española de todos los tiempos, que según la prensa "deja  huérfana a la Armada" (la gran camada de tenistas españoles de la que forma  parte), confirmó su adiós en el Open Sports Club de El Prat, en los alrededores  de Barcelona, donde estuvo acompañada por su familia, porque dijo "ya me toca  pensar en mí como persona". 
 
Arantxa reconoció que no fue una decisión "fácil" y agradeció el apoyo  recibido durante toda su carrera, expresando además que desea "descansar y  organizar mi vida fuera de la competición". 
 
Arantxa, que quiso despedirse "con una sonrisa de agradecimiento", no pudo  contener las lágrimas al concluir su comparecencia, mientras una ovación ganó  la sala colmada por periodistas y asistentes, entre los cuales se encontraban  el presidente de la Real Federación Española de Tenis, Agustín Pujol; el  secretario general del Deporte de la Generalitat de Catalunya (gobierno  autónomo catalán), Josep Maldonado, y el presidente de la Federación Catalana  de Tenis, Josep Ferrer Peris. 
 
El adiós de Arantxa Sánchez Vicario, que junto con la aragonesa Conchita  Martínez ha paseado el nombre de la "Armada" durante los últimos 17 años, "deja  un vacío difícil de llenar para el tenis español, que de momento no ha  encontrado el relevo acertado", comentó un especialista de tenis presente en la  conferencia. 
 
Las dos tenistas españolas suman entre ambas 61 títulos en los torneos  individuales, incluidos cinco "Grand Slam" que se dividen en cuatro para la  barcelonesa y uno para la aragonesa, y cinco ediciones de la Copa Federación. 
 
Antes de la llegada a las pistas de estas dos ahora treintañeras, el tenis  español no contaba con ninguna representante entre las 20 primeras del mundo. 
 
Arantxa, que procede de una familia marcada por un deporte en el que ya se  destacaron sus hermanos mayores Emilio y Javier, empezó a lucirse en 1986  cuando pasó al profesionalismo, tras disputar la Orange Bowl en Miami, torneo  reservado infantiles y juveniles. 
 
La menor de los Sánchez, que eligió Barcelona para sus entrenamientos, en  su primer torneo como profesional, mostró de lo que podría ser capaz llegando a  las semifinales, un resultado que lo confirmaría meses después con la final en  Buenos Aires, donde cayó derrotada por una más experimentada Gabriela  Sabatini.