La fachada de la catedral de Milán, el monumento más famoso de la capital lombarda, será restaurada durante los dos próximos años, siguiendo un proyecto que se puso en marcha hoy.
Un gigantesco andamio de 7.200 metros cuadrados cubre por completo la imponente fachada, completada en el siglo XIX, pero de inspiración gótica, coronada por su singular bosque de agujas.
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El andamiaje esconde un sofisticada instalación eléctrica y dos ascensores para acceder a los distintos pisos del complejo, que cuenta con su propio plan de evacuación para las decenas de restauradores y obreros que trabajarán allí.
La fachada del Duomo (catedral) de Milán es particularmente rica, por lo que la intervención será muy complicada, según dijo hoy el responsable de los trabajos, Benigno Morlin, quien destacó la presencia en la portada de 520 elementos escultóricos, de los cuales 192 estatuas pequeñas, 40 grandes y 47 bajorrelieves.
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La restauración del templo contará con dos meses previos de pruebas y cálculos para determinar el tipo de intervención que se llevará a cabo en los 22 meses siguientes.
Iniciada en 1378 a partir de un proyecto del que no queda rastro, bajo la dirección de Simone da Orsenigo, la catedral de Milán está particularmente marcada por el estilo gótico internacional, con un extraordinario derroche de agujas.