Reacio a revelar su edad, solo dice que tiene más de 40 años y que durante ellos mostró lo que quiso ser.
Se considera un autodidacto de la música, aunque recibió clases particulares, pero también se define como rebelde, lo cual demuestra en la composición de canciones para la banda con la que toca, La Tromba.
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Así es el guitarrista Mario Maldonado, quien ofrecerá un concierto la próxima semana en la plataforma del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo del Banco Central, como parte del Festival de Cantautores.
Se califica quiteño por accidente, pues nació en la capital, y salinense de corazón, ya que creció junto al mar desde los 6 meses de vida, cuando sus padres decidieron mudarse a la playa. Allí aprendió a nadar, bucear, surfear y hacer vela.
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Desde los 6 años ganó concursos de literatura en el colegio Rubira de Salinas, donde además de estudiar primaria y secundaria, fue corista. Sus influencias musicales mutaron al igual que lo que componía. Eso se debió a que en cada género encontró cierta rebeldía que se comparaba con su incapacidad de creer a ciegas lo que le inculcaron.
Para convencerlo de algo tienen que darle razonamientos basados en normas de humanidad y lógica. Por ello a los 17 años y como no creía en muchos, llevaba cabello largo y barba y vestía jeans rotos y camiseta. Así asistía a fiestas donde se exigía traje formal.
Primero escuchó música clásica, después rock progresivo, clásico y blues. Y ahora salsa y nueva trova cubana.
Sus primeras composiciones las cantó a los 18 años cuando formó su primer grupo. Abandonó sus estudios de Ingeniería Civil y Tecnología Pesquera porque estimó desagradable matar las especies.
Luego actuó en otras bandas de Quito. Pero es con La Tromba, grupo fundado hace 13 años en Guayaquil, que consolida su influencia musical en composiciones, aunque después interpretó covers.
Para Fabricio Rodríguez, integrante de La Tromba, Maldonado tiene como mayor defecto el enojo, pues desea resultados inmediatos en los ensayos. Sin embargo, Pedro Cachencho Touriz manifiesta que esta característica la ve como una de las virtudes del músico.