La migración, la personalidad del latino, la necesidad afectiva, el quebrantamiento de los sueños, los ritos ancestrales, la represión de los métodos académicos, el rencor y la hipocresía familiar, el mundo irreal y el homenaje a las propulsoras del tango y de la milonga, fueron los tópicos que abordaron los grupos de Ecuador, México, España, Estados Unidos y Argentina durante los nueve días que duró el decimoquinto Festival Internacional de Teatro de Manta.

En esta edición, su realización fue en homenaje al apoyo cultural del rector de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Medardo Mora. Rocío Reyes, actriz del grupo La Trinchera y subdirectora ejecutiva de la cita escénica, evaluó el encuentro como positivo, pero indicó que se necesita mejores condiciones en las subsedes como Portoviejo, Chone y El Carmen para que los colectivos puedan exponer óptimamente sus obras.

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“Hemos tenido ciertos problemas de infraestructura en Portoviejo y los grupos se quejaron por ello. Hay que decirlo para mejorar y no es una crítica destructiva”. Agregó que, incluso, el teatro Chushig debe mejorar el problema de acústica y conseguir más luces. Sobre los espectáculos sostuvo que a la obra de Carla Barragán, Descuajaringados, le faltó madurez.

“Como que no hay una historia clara. Falta mucho más trabajo, también se puede atribuir a que está experimentando cosas nuevas”.

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Nixon García, director del Festival, dijo que este año hubo menos público que en citas anteriores, pero lo atribuyó a la época electoral. Manifestó que ya empezó la organización de la decimosexta edición.

Tiene varias carpetas y propuestas para escoger. Comentó que el reto de ahora es aumentar el presupuesto para presentar más grupos y que haya otros espacios escénicos.