Desde la Alcaldía, Guevara Moreno ayudó a llegar al Gobierno a José María Velasco Ibarra (1952), quien lo expulsó del país al año siguiente.

La ausencia de Guevara abonó el terreno para que Don Buca se consolidara como líder de CFP y se proyectara nacionalmente: dos ocasiones fue Alcalde de Guayaquil y tres veces diputado.

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En 1970, tras varios exilios y retornos triunfales fue elegido Prefecto, en binomio con un joven Francisco Huerta Montalvo, quien se alzó con la Alcaldía de Guayaquil. Al proclamarse dictador, Velasco destituyó a Bucaram y lo desterró a Panamá.

En 1972 retornó como candidato a la Presidencia, aspiración frustrada por el golpe del general Guillermo Rodríguez Lara. La Constitución de 1978 le impidió postularse, pues se lo acusó de haber nacido en Líbano y no en Ecuador.

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Bucaram optó por la diputación y CFP candidatizó a la Presidencia de la República a su sobrino político, Jaime Roldós Aguilera, con quien luego mantuvo una agria confrontación.

Roldós nombró a su cuñado Abdalá Bucaram, intendente del Guayas. Desde allí Abdalá comenzó a proyectar su imagen, que lo conduciría a Carondelet y consolidaría la influencia de la familia Bucaram Ortiz. A la muerte de Roldós, Abdalá Bucaram fundó el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) en 1982, bajo cuya bandera ganaría la Alcaldía de Guayaquil, cargo que también ocupó su hermana Elsa, quien fue posteriormente diputada, al igual que sus hermanos Jacobo, Adolfo y Santiago.

Con la muerte de Don Buca, ocurrida poco después que la de Roldós, su hijo Averroes Bucaram Záccida ocupó la Presidencia del Congreso, de la que fue destituido. Su otro hijo, Avicenas, creó el Movimiento Bucaramista con el que intentó sin éxito conseguir espacio político; y su viuda, Olfa Záccida, luego fue candidata a Alcalde por el CFP, partido que sobrevive gracias a una resolución del Tribunal Constitucional que desechó la partida de defunción expedida por el Tribunal Supremo Electoral. Mientras, el PRE sigue copando espacios políticos.