El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, regañó ayer a las autoridades militares del noroeste del país por su aparente negligencia para combatir a la guerrilla, les exigió resultados y les sugirió renunciar si no son capaces de cumplir con sus responsabilidades.

“Esto es muy revelador, lo que dice el Obispo, y la verdad daría la impresión de que los que viven en el otro mundo no son los guerrilleros sino nosotros”, dijo Uribe en la ciudad de Carepá, en el departamento de Antioquia, 400 kilómetros al noroccidente de Bogotá.

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“Aquí no hay más que ponernos las pilas y definir si somos capaces o no. Si somos capaces, sigamos con esta responsabilidad, si no renunciemos a ella, pero esto en serio”, advirtió.
El reclamo ocurrió después que el obispo de la región, Germán García, denunciara que el fin de semana se detectó la presencia de rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la zona y pese a que se avisó al Ejército no se hizo nada.

Recompensas
El presidente colombiano creará recompensas para estimular a la población a cooperar con su plan de seguridad, que busca poner freno al conflicto armado que desangra a este país desde hace casi cuatro décadas.