“Si bien los dos aserraderos ya no arrojan el aserrín directamente al río como lo hacían antes, persiste el mal olor de estas aguas, pues es un foco de contaminación ya que los habitantes que viven en la parte alta, de escasos recursos, utilizan el río para hacer sus necesidades y botan desperdicios”, denunció Carlos Gaibor, ex presidente del barrio Amazonas y quien vive junto a este estero del río Citayacu.
Cléber Zúñiga, director de Obras Públicas del Municipio (e), dijo que esta obra fue planificada en otras administraciones y la actual lo que hace es readecuarla y adecentarla. “El complejo contará con canchas de indor, volei y básquet, una área de recreación para niños y el propósito del Municipio es disponer de áreas verdes y una sala comunitaria”, explicó.
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El costo de esta obra es de 200 mil dólares, por administración directa, anotó el funcionario.