Tiene 42 años en la ciudad y desde hace 25 se inició en la actuación. Es también fundador de Barricaña.
La vida de Enrique Antonio Ponce Morán desde siempre fue activa. Y lo sigue siendo a sus 54 años, porque le encanta emplearla en lo mejor que sabe hacer, además de actuar: dirigir café-galería Barricaña (Víctor Manuel Rendón y Seis de Marzo), sitio que este año cumple su décimo aniversario de fundación y por ello realiza varias actividades culturales, como el Festival del Pasillo que se ofrece hoy, a las 20h00.
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Este oriundo de la parroquia Alejo Lascano del cantón Paján, en Manabí, tuvo como padres a Clodomiro Ponce e Inés María Morán. Su progenitor murió cuando él tenía meses de nacido. Rubén Solórzano, Ecuador y Gustavo Acuña son sus hermanos maternos.
Parte de su primaria la estudió en Lascano y la culminó en Guayaquil en la escuela nocturna Esperanza Caputti. De su infancia añora su casa que quedaba frente al río. Allí regaba 18 matas de mandarina que su madre plantó y vendía el pan que ella hacía. Jugaba pepo con las semillas de platanillo que todavía conserva.
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A los 14 años trabajó como vendedor de agua y con su primer sueldo se compró un jean. Después fue comerciante y recorrió Manabí y Guayas.
Pese a que se mudó en 1960 a Guayaquil por razones políticas de su padrastro, Homero Acuña, Ponce no se desvinculó de sus amigos de infancia ni de su familia paterna. Permanentemente presenta obras con otros actores amigos.
En la ciudad vivió en Venezuela y Gallegos Lara, Cristóbal Colón y la 14ª y Francisco Segura y la 15ª. En este último sitio construyó su casa en 1968 y ahí vive actualmente. Su madre falleció hace ocho años.
En 1974, con sus vecinos de la segunda casa puso una pequeña biblioteca popular y gestionó junto con la Facultad de Filosofía de la Universidad de Guayaquil, la construcción del colegio Eduardo Flores Torres donde estudió hasta cuarto curso. Otro año y medio estuvo en el colegio Cinco de Junio, pero no culminó su bachillerato. Formó los grupos musicales 200 millas, del que era su representante, y Arco Iris. Compuso los temas El día que las rosas perdieron su color y Canción para mamá.
Su primer matrimonio fue con Betty Espinoza. Ahora vive unido con Cecibel Villafuerte y no tiene hijos. Hace 25 años ingresó en el colectivo El Juglar y en él duró ocho años.
En 1978 fundó la Cooperativa Florida en Guasmo Sur, donde creó el Centro Cultural que, mediante su grupo teatral y musical, presenta continuamente espectáculos. Café-galería Barricaña adoptó primero el nombre de Chaplin Teatro y se fundó en 1991. El local es alquilado a la Sociedad de Carpinteros del Guayas. Ponce escribe poemas que después lee en las citas de poesía que se dan en Barricaña. Le molesta la politiquería y le es difícil aceptar sus errores. Le teme a la muerte, pero no la propia sino la de un niño.
ESCENAS
Homero Acuña fue compañero de la madre de Enrique Ponce cerca de 17 años. A él lo considera su padre y sostiene que de él aprendió mucho.
Recuerda que junto con sus hermanos hojeaba primero, en el periódico, las páginas de deporte y su padre le decía que lo que debía abrir era directamente la sección cultural “para que tenga calidad de conocimiento”.
A un lugar que quisiera volver a vivir por un largo tiempo es su pueblo.
Para él, su época escolar fue clave en su aprendizaje y en muchas oportunidades menciona a sus amigos una frase: “Tengo cuarto de primaria pero es como si tuviera el segundo de universidad que tú puedas tener”.
Si regresara a un momento de su pasado, el actor manabita escogería tomarse la misma foto que tiene junto con su madre cuando culminó la primaria.
Un libro que le impactó fue Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano. Lee la poesía de Fernando Cazón y Carmen Váscones.