El joven de 15 años, quien padece de insuficiencia renal y fue contagiado de sida en la clínica del doctor Galo Garcés, igual que otros 21 pacientes, sufrió el viernes pasado una baja de presión y constantes vómitos.
El motivo fue la tensión que le causó la espera de más de cinco horas en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
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Liduvina Peñafiel, madre de Carlitos, contó las peripecias que pasó para que su hijo pudiera recibir el tratamiento, aunque consideró que no fue el más adecuado.
“Cuando llegamos al Seguro la máquina estaba lista pero no había personal que atendiera en esa área, y tuvimos que esperar por mucho tiempo hasta que alguien se hizo cargo”, dijo la progenitora.
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Ese problema -aclaró- lo vivió dos veces en la semana (miércoles y viernes).
Los contratiempos generaron una reacción negativa en el chico, quien se mostró tensionado y un poco cansado.
Según la madre, luego de la hemodiálisis, que duró tres horas, Carlitos regresó a casa y por la noche se sintió mal.
Nuevo chequeo
Hoy a las 10h30 el pequeño debe volver, una vez más, al hospital del Seguro Social, en busca de otro tratamiento que aplaque su enfermedad.
En esta ocasión el regreso tiene como ventaja el compromiso que hiciera Inés Barzola, enfermera que lo atendía cuando estaba en Nefrón.
“Ella habló con el defensor del Pueblo y prometió que estaría pendiente de Carlitos, lo que me tiene más tranquila porque sé que hoy no tendremos que esperar”, manifestó.