El desarraigo y el desgarro que conlleva partir hacia otro país es el tema elegido por el cineasta cubano Juan Carlos Tabío en Aunque estés lejos, un filme en el que abundan cubanos que se han ido, otros que van y vienen, algunos que no se quieren ir o que quieren irse y no pueden.
Pero Aunque estés lejos no es una película “de balseros” ni tampoco “un filme coyuntural”, es, por encima de todo, “una historia sobre el desarraigo, esa herida que forma una de las realidades medulares de Cuba”, dijo ayer Tabío en la presentación a la prensa de este filme, cuyo rodaje arrancará el lunes próximo y que tendrá dos escenarios: La Habana y Madrid.
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Para hablar de todo esto, Tabío toma como excusa el juego del cine dentro del cine, al construir una trama sobre una productora y un guionista, ambos cubanos, que intentan ponerse de acuerdo con un actor y productor español para poner en marcha una película en régimen de coproducción que muestre la realidad cubana.
Aunque estés lejos cuenta con un reparto mixto cubano-español: Mirta Ibarra, Antonio Valero, Laura Ramos, Bárbaro Marín y Roberto Enríquez, creadores de unos personajes que huyen de los prototipos del español o el cubano y sirven para que “a través de ellos se hable de distintos aspectos de la realidad cubana, española y universal”, según Tabío.
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El hecho de que la película siga el juego del cine dentro del cine sirve a Tabío como “juego de doble espejo; la combinación de realidad y ficción, de lo vivido y lo soñado, de la vida y la fantasía”. Algo que ya probó Tabío en su anterior filme Lista de espera, pero asegura que Aunque estés lejos tiene un tono distinto al de aquella cinta.