Una excavadora de tierra permanecía inmóvil junto a los sedimentos removidos de las calles Dolores Azúa y General Córdova.  Tres días atrás, el Municipio había iniciado los trabajos de adoquinamiento de ese sector y María Gutiérrez, una de sus moradoras, no estaba de acuerdo con que la corporación haya dado prioridad al embellecimiento de las calles y no a la dotación de servicios básicos al cantón.

“Necesitamos con urgencia un buen alcantarillado y agua potable. Cuando llega el invierno, la ciudad se inunda y el agua potable se suspende durante uno o dos días”, agregó.

El año anterior, según el vicealcalde de Naranjito, Édison Villegas (PRE), el Concejo Cantonal aprobó 70 mil dólares para la construcción de redes de agua potable que nunca se ejecutaron.

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Por ello, cuatro de los siete concejales de Naranjito –Villegas, Luis Ayala (PRE), Carlos Barragán (ID) y José Parrales (CFP)– denunciaron el jueves pasado, en la Comisión de Control Cívico de la Corrupción (CCCC), supuestas irregularidades que se cometen en el manejo de fondos municipales.

Afirmaron en su denuncia que el alcalde de Naranjito, Lorenzo Polo Vázquez, recibió alrededor de 650 mil dólares en partidas extrapresupuestarias que se destinaron a  obras sobrevaloradas, que se subdividieron en varios contratos y ejecutaron con materiales de mala calidad. Sin embargo, dijo Ayala, la negociación se manejó con total reserva, que no podrían identificar a ningún tramitador que haya negociado con Vásquez.

Uno de los proyectos que se construyeron con este dinero, aseveró Villegas, fue un ducto cajón de 450 metros que costó 354 mil dólares.

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La autoridad cantonal decidió subdividirlo en cuatro contratos, pues si una obra supera los 112 mil dólares, insistió, tiene que aprobarse en Contaloría, antes de iniciar su contratación.

Los concejales solicitaron una auditoría de las obras realizadas desde el 2001. Según  una  consulta que hicieron a ingenieros civiles, el costo del ducto cajón no debió sobrepasar los 200 mil dólares.

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Denuncias en gestión
Este año, el monto que le asignó el Gobierno a Naranjito fue 300 mil dólares, pero los concejales aseguran que desde el 2001 no han logrado acceder a los documentos que respaldan las obras en las que se invirtió el dinero.

“Ya no se nos convoca a las reuniones del Concejo, nos enteramos por la prensa de los contratos que firmó el alcalde o simplemente nos pasan un comunicado y eso está en contra de la ley”, dijo Barragán.

No se leen los oficios que se tratarán para evitar la desaprobación oficial de los ediles, expuso, o se alteran los puntos por tratarse en la sesión, y terminamos sin enterarnos de nada de lo que ocurre con el dinero del cantón.

Cuando empezamos a hacerle la oposición, afirmó Ayala, Vásquez mandó a cortarnos el servicio de agua potable.  La situación se repitió con el juez que dictó un fallo favorable para que el Municipio entregue los datos que requerían los concejales para su investigación.

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El alcalde Vásquez no quiso comentar estas denuncias cuando fue consultado por este Diario y se limitó a decir que “por resolución unánime, solo los directivos de AME-Guayas (Asociación de Municipalidades del Ecuador-Guayas) podrán pronunciarse respecto de cualquier acusación. No estoy autorizado”.

El vicepresidente de AME-Guayas, Lorens Olsen, se abstuvo de comentar la situación del Municipio de Naranjito.

Advertencia por obras no ejecutadas

El Concejo Cantonal de Naranjito, según el concejal Luis Ayala, no aprobó el presupuesto municipal del año 2002, pues el alcalde no ha justificado los gastos de 2001, que llegan a 700 mil dólares.

El Consejo redujo de 22 mil a mil dólares el monto para obras que podía utilizar el alcalde sin su autorización. Pero Ayala dijo que no lo cumplió.

El vicealcalde Édison Villegas expresó que la ampliación del sistema de agua potable no se ejecutó, pese a que el Municipio firmó un convenio por 350 mil dólares con el Miduvi. Igual sucedió con la construcción de un mercado.