Nuestra urbe celebra el 25 de julio al apóstol Santiago el Mayor, su patrono, pero no su fundación que fue el 15 de agosto de 1534.
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Con el apoyo de documentos e investigaciones idóneos, desde hace tiempo está claro que la fundación de Guayaquil es la que realizó el mariscal Diego de Almagro el 15 de agosto de 1534, en las llanuras de Riobamba.
Esta hipótesis que Miguel Aspiazu Carbo emitió en 1955 para acabar con tanta especulación en torno a la génesis de nuestra urbe, ya fue definitivamente corroborada por instituciones como el Archivo Histórico del Guayas y los historiadores Dora León Borja y su esposo Asam Szaszdi, Julio Estrada Ycaza, Rodolfo Pérez Pimentel, José Antonio Gómez Iturralde y otros valiosos investigadores.
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Ahora una comisión especial de la Municipalidad de Guayaquil acepta la fecha, aunque menciona un proceso fundacional, que se inició el 15 de agosto de 1534 y culminó en 1537.
Las circunstancias que determinaron la fundación de Santiago de Quito el 15 de agosto de 1534 y su posterior traslado a la Costa, hasta llegar al lugar en que Guayaquil se reviste de esplendor actualmente, son lógicas y explicables, sobre todo si con los últimos se buscaba una ubicación ideal para el desarrollo la ciudad de 1534, sin desestimar eso sí el criterio que primó en los conquistadores por asuntos de geopolítica, etcétera.
Varios pormenores
Ante la inminente presencia de Pedro de Alvarado, quien no constaba en los planes conquistadores del territorio quiteño, su compatriota Diego de Almagro fundó la ciudad de Santiago de Quito, en Riobamba.
Trece días después, es decir el 28 de agosto, en el mismo sitio fundó la villa de San Francisco de Quito, lo que demuestra que se trató de la fundación de dos poblaciones diferentes en 1534, pero nunca de la refundación de la primera, porque tampoco podría ocurrir tal acto.
Como la fundación de Santiago en las llanuras de Riobamba no tenía razón de ser, en virtud de la Cédula Real expedida en Toledo en mayo de 1534, Sebastián de Benalcázar la trasladó a la Costa. Concretó ese asentamiento de la ciudad en octubre o noviembre de 1535 a orillas del río Amay (Babahoyo), en la vecindad del poblado indígena de Guayaquile, afincado entre el río Yaguachi y la actual Babahoyo.
No son fundaciones
Los posteriores episodios que protagonizaron especialmente los conquistadores Hernando de Zaera en 1536, Francisco de Orellana en 1537, Diego de Urbina en 1543 y Francisco de Olmos en 1547, fueron únicamente actos de traslados, mudanzas o reasentamientos similares al de 1535 por Sebastián de Benalcázar.
Diversos asientos
En su peregrinar, la ciudad de Santiago de Guayaquil tuvo diversos asientos. Asimismo, de la revisión de documentos se sabe que Guayaquil jamás se fundó un 25 de julio.
Lo correcto de esta última fecha es la celebración del santo patrono, Santiago el Mayor, cuya costumbre la trajeron los españoles.
A partir de 1543, Santiago, que se afincó en Guayaquile, asumió el topónimo con el que se identifica hasta nuestros días: Santiago de Guayaquil.
Desde 1547 Diego de Olmos la asentó sobre el Cerrito Verde, al norte.
Lo de Guayaquil se heredó del cacique, población y río de Guayaquile, que sí existieron como lo prueba más de un documento.
Proyección
Desde 1547 la ciudad que asentó Olmos en el Cerrito Verde (cerro Santa Ana) venció piratas, incendios, pestes y muchos avatares más para erigirse en la dinámica y bella metrópoli de la actualidad.
Ciudad del Río Guayas y del Estero Salado, además de nervio económico del país y líder indiscutible en la defensa de la libertad, tiene en el 9 de Octubre de 1820, 6 de Marzo de 1845 y 5 de Junio de 1895 tres insignias grandiosas que justifican plenamente su jerarquía histórica.