Arthur Andersen fue convicta hoy de obstrucción de la justicia por haber destruido documentos relacionados con la firma energética Enron, un fallo que podría ser el fin de una de las mayores formas de contabilidad de Estados Unidos.
El jurado tardó 72 horas a lo largo de 10 días en decidir que la destrucción de documentos y archivos de computadora no era un acto rutinario, como dijo Andersen, sino un intento de interferir en las investigaciones del caso Enron.
Andersen enfrenta cinco años de supervisión por parte de los organismos federales y una multa de 500.000 dólares.
También podría ser multada con hasta el doble del valor de las ganancias, o daños, que según determine la corte fueron causadas por el proceder de la empresa, así como impedírsele realizar auditorías de cualquier empresa con intereses en la bolsa, lo cual significaría el fin de su firma.
El veredicto no fue emitido sin problemas. El jurado dijo el miércoles que no se podía poner de acuerdo y recibió orden de reanudar sus labores. El viernes, el juez dio a los miembros del jurado mayor flexibilidad para llegar a un veredicto de culpabilidad al señalar que no tenían que estar de acuerdo sobre quién cometió un delito, en tanto todos coincidieran en que la empresa actuó de manera consciente y con intenciones corruptas.