Roman Polanski hurga en su pasado y retrata, por primera vez, los recuerdos dolorosos de su infancia, transcurrida entre los muros del gueto de Cracovia (Polonia). Y lo ha hecho a través de El pianista, una magnífica adaptación de la autobiografía de Wladyslaw Szpillman, el músico judío polaco que logró sobrevivir gracias a la ayuda de un oficial alemán.
“Es una recopilación muy personal de momentos terribles de ese período de nuestra historia. No es una película sobre mí mismo, ni sobre mis propios fantasmas, sino un documento humano que evoca los sufrimientos de millones de personas, víctimas del holocausto. Es mi legado al mundo. Se lo debía”, expresó el cineasta.
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El pianista significa el retorno de Polanski a su país. “Cuando me encontré en el set de la película, en las calles del gueto, todo se me vino a la memoria. Reviví instantes muy emotivos”, continúa. “Fue como resucitar mi infancia en este espantoso lugar, donde sufrí mucho. Así que traté de recrear mis sentimientos de entonces lo más cercano posible a la realidad, a mi estilo, no al de Hollywood. Muchas de las personas que conocía desde pequeño participaron con gusto en la realización”.
La madre de Polanski murió en una cámara de gas, en un campo de concentración, unos días después de su deportación, en 1941, cuando él tenía apenas 8 años. Su padre fue llevado a otro campo, pero antes logró salvar a su hijo, cuando vinieron los alemanes a arrestarlo. Desde 1933 hasta 1939, el cineasta vivió en un gueto de Cracovia y llevaba en su brazo el brazalete blanco con la estrella azul de David, que distinguía a los judíos. “Recuerdo que vivimos bajo la angustia y la tensión del constante ruido de las sirenas, de las ráfagas de las ametralladoras, y las carreras al sótano para escondernos. Era aterrador”, dice. El gueto fue destruido en 1943. Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó, Polanski, completamente solo, descubrió un medio para evadir su gran desolación: el cine.
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El destino y su pasión por el séptimo arte lo traerían, años más tarde, a este festival, para exhibir sus películas (Macbeth, Piratas y Locatiere) y presidir, en una ocasión, el jurado. El realizador se muestra satisfecho de la acogida positiva que ha tenido El pianista en esta edición.
“No estaba seguro de querer venir a Cannes, pues aquí las cosas han cambiado mucho. Antes se veía más arte y menos películas comerciales. Pero ahora que estoy en la Croisette, estoy contento y sigo las reglas del juego”.
ESCENAS
La actriz de Hollywood, Sharon Stone, y el cantante pop británico Elton John animaron una subasta el pasado jueves, con el fin de reunir fondos para la lucha contra el sida en el Festival de Cine de Cannes.
Estuvieron presentes estrellas como Elizabeth Taylor, Milla Jovovich y Rebecca Romijn-Stamos. Una guerra de ofertas surgió entre el diseñador de modas Calvin Klein y el príncipe Alberto de Mónaco por una clase privada de tenis con el campeón de ese deporte, el estadounidense Pete Sampras.