Roman Polanski hurga en su pasado y retrata, por primera vez, los recuerdos dolorosos de su infancia, transcurrida entre los muros del gueto de Cracovia (Polonia). Y lo ha hecho a través de El pianista, una magnífica adaptación de la autobiografía de Wladyslaw Szpillman, el músico judío polaco que logró sobrevivir gracias a la ayuda de un oficial alemán.