Por primera ocasión, en la marcha, participaron militantes de la Conaie y jubilados de Otavalo.
Más de 10.000 personas que participaron ayer en una multitudinaria marcha por el Día Internacional del Trabajo se tomaron las calles del centro histórico.
Trabajadores, campesinos, indígenas, comerciantes minoristas, maestros, estudiantes, jubilados, defensores de derechos humanos, ecologistas, mujeres y empleados municipales acudieron temprano al parque El Ejido, el sitio de la concentración.
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A las 08h50, la avenida Diez de Agosto estaba totalmente copada a lo largo de unos 800 metros, desde El Ejido hasta el Banco Central.
La convocatoria fue una de las más grandes de los últimos años, aunque la mayoría de asistentes acudió por obligación y para evitar que se la sancione con una multa.
Trabajadores de la Empresa Municipal de Aseo (Emaseo) hacían una larga fila junto a un camión, en el cual un supervisor registraba sus nombres y luego entregaba camisetas de colores impresas en el centro “sindicato general”.
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En otro punto de la misma avenida se concentraban estudiantes del colegio Odilo Aguilar. Una maestra de matemáticas pasaba lista y preguntaba si habían traído banderas o pancartas y según su tamaño se hacían acreedores a una calificación, explicó un estudiante de segundo curso que pidió no ser identificado.
Los empleados de la Empresa de Agua Potable (EMAP) también formaban una fila para recibir una tarjeta con sus nombres, la cual debían presentar al final del recorrido.
“Si no asistimos nos ponen una multa de 10 dólares”, aseguró uno de los trabajadores.
En la marcha hubo monigotes, zanqueros, bandas de pueblo, disfrazados y carros alegóricos. La mayoría portaba banderas y pancartas con consignas en contra del Gobierno, mientras otros repartían hojas volantes con igual mensaje.
Sobresalía un monigote de dos metros de altura vestido de negro y un sombrero largo con los colores de la bandera de EE.UU. El personaje representaba al FMI y junto a él estaban otros dos muñecos de menor tamaño bajo el nombre de Gustavo Noboa y su hermano Ricardo.
Bolívar Álvarez, de 77 años, vestido con una sotana franciscana color café y un sombrero de EE.UU., gritaba por un parlante: “Que filanrata devuelva la plata“. “Fuera de Manta los pata rosada”.
Cerca de 30 vehículos recolectores y volquetes de Emaseo cubiertos con pancartas acompañaron la marcha.
Por primera vez participaron más de 80 jubilados de Otavalo, vestidos con pantalón blanco, poncho azul, sombrero oscuro y alpargatas. Igual la Conaie y la Fenocín.
La marcha en todo su trayecto fue pacífica, aunque por precaución la Policía reforzó la seguridad en la Plaza Grande y en el Banco Central con personal y tanquetas.
La concentración se extendió hasta horas de la tarde con un festival artístico cultural.
Gobierno
En la marcha de ayer participaron cerca de 50 organizaciones de distintos sectores.
Las organizaciones sociales anunciaron que no firmarán acuerdos con el Gobierno y que formarán un frente de unidad para enfrentar al régimen.
Ninguna autoridad del Gobierno se pronunció ayer sobre la marcha de los trabajadores.
El presidente Gustavo Noboa estuvo ayer en Loja con varios de sus ministros.
El martes último el ministro de Gobierno, Marcelo Merlo, envió un mensaje de solidaridad y apoyo a todos los trabajadores del país.
Dirigentes anuncian alianza para elecciones
Los discursos utilizados por los dirigentes sindicales, indígenas y sociales fueron los mismos del año pasado.
El rechazo a las privatizaciones, al Plan Colombia, a la utilización de la base de Manta por parte de EE.UU., la dolarización, la pobreza, el desempleo, el Alca y a la municipalización de la educación constituyeron la plataforma de lucha.
En una gran tarima instalada junto a la entrada de la iglesia Santo Domingo (centro histórico), los principales y tradicionales dirigentes se dieron cita para pronunciar efusivos discursos con tinte político.
Estuvieron Mecías Tatamués, del Frente Unitario de Trabajadores; Pedro De la Cruz, de la Fenocin; Luis Villacís, del Frente Popular; Leonidas Iza, de la Conaie; Édgar Ponce, de los trabajadores eléctricos; Luis Riera, de los Jubilados; Rosa Salazar, del Movimiento de Mujeres; y Paúl Velázquez, de los estudiantes secundarios.
Cada uno se esmeraba más por atacar al Gobierno y defender, en sus discursos, a los pobres. “Los políticos de derecha han llevado al país al fracaso y por ello el único camino es la lucha“, expresó De la Cruz. Los líderes sindicales y sociales aprovecharon para anunciar una alianza para las próximas elecciones presidenciales. Para ese propósito convocaron el 13 de mayo a una asamblea nacional, en la que se definirá un solo candidato para la contienda electoral. Luis Villacís, pre candidato del MPD, dijo que está dispuesto a dejar de lado su postulación en caso de que se defina por consenso otro aspirante. Marco Murillo, de indígenas evangélicos, respaldó la iniciativa y anticipó que propondrá a Antonio Vargas como candidato.