Aunque su consumo no es permitido por las autoridades de salud, en Santo Domingo de los Colorados, se faena y consume carne de burra, costumbre de la provincia de Loja, traída ahora por lojanos a esta ciudad.
Cada libra de carne, según los consumidores y las personas dedicadas al faenamiento del animal, se expende a un dólar y las ventas superan las 50 libras al día, aunque también la manteca y la cabeza de burro se comercializan.
La mayoría de los consumidores, como Julio César Lara, la comen para aliviar sus problemas de bronconeumonía, anemia, bronquitis y hasta para la cura de la leucemia.
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Julio César Lara cree en este tipo de sanación desde que su niño de 1 año, Júnior, comenzó a tener mejoras con su bronconeumonía. Los médicos no le encontraban la cura y la desesperación comenzó.
“Pero no nos quedó otra”, contó Lara. Hoy, Júnior esta bien de salud y lo atribuye a la carne y manteca de burra.
Mariana de Jesús Silva también acude los sábados para llevarse una cabeza del burro, pelarla y cocinarla a manera de sancocho (caldo). “Es bueno para los pulmones y para el cerebro, es por eso que les doy a mis hijos para que crezcan sanos y fuertes”.
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Mientras otros en cambio se despojan de sus ropas y se flotan en su cuerpo aduciendo que sufren de enfermedades del pulmón, bronconeumonía y hasta tuberculosis.
Francisca Jirón y su esposo, Ángel Yaguachi, ambos de Loja, desde hace cuatro años se dedican a procesar la carne de burra todos los sábados.
El comisario municipal, Bolívar Sanjinés, manifiesta que la comercialización está prohibida y que ya ha recibido varias denuncias, por lo que tiene previsto realizar las investigaciones respectivas.
Marco Uriarte del centro de Salud Augusto Egas, dice que este tipo de animal no es apto para el consumo humano. “No podemos afirmar que este tipo de carne tenga realmente poderes curativos”.
El médico veterinario, Wandemberg Velasteguí, explicó que el faenamiento del asno o burro no está contemplado en la Ley del Camal, debido a que se lo considera como un animal de carga mas no de consumo humano.
Asimismo, criticó el proceso de faenamiento, pues afirma que pocas veces los animales se liberan de las toxinas.
La manteca se la llevan a España
La manteca de burra que se faena en Santo Domingo de los Colorados va hasta España, según Filimón Paredes, quien se dedica al comercio de este animal desde hace 12 años.
“Muchos vienen de sitios aledaños y nos dicen que es para enviarla a familiares que viven en España”, indicó el vendedor, quien tiene su local de faenamiento en la cooperativa Rumiñahui.
A ese sitio y a las cooperativas 20 de Octubre, La Lorena, La Carolina y Santa Martha, donde también se expende este producto, llegan –dice Paredes– todos los que buscan cura.
“Unos para consumirla y otros para frotárselas en el cuerpo”, puntualizó.