La niña va a cumplir 15 años y, con ello, va a pasar a otra etapa de su vida en Zaachila, un pobre pueblo mexicano. Durante 50 minutos el espectador se deja llevar, de la mano del director Rigoberto Perezcano, por los meandros de un gran acontecimiento que es tierno y absurdo al mismo tiempo: la celebración de la fiesta rosada.