Trabajadores que participan en la construcción de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair paralizaron ayer temporalmente sus actividades en el sector del cuarto de máquinas para pedir a los administradores de esta empresa mayores garantías laborales y de seguridad.

Este pedido lo realizaron luego de que la noche del pasado sábado un deslave en el pozo de presión 1, por la casa de máquinas, matara a trece personas, diez ecuatorianos y tres chinos, y dejara heridas a otras doce.

El noticiario de Ecuavisa reportó que la mañana de ayer, a las 06:00, los trabajadores fueron citados en el coliseo del campamento 4 para reunirse con los directivos del proyecto y delegados gubernamentales.

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A criterio de Delver Vera, ingeniero de control de calidad, en el sitio supuestamente no se respetan normas del Código de Trabajo ni la Constitución.

Marcelo Reinoso, subgerente administrativo del proyecto, indicó que se harán las rectificaciones necesarias para mejorar las condiciones de trabajo y pidió que se entienda que por la magnitud de la obra, trabajar bajo tierra implica peligros. La reunión se realizó con la presencia de militares y policías.

Mientras, en Nueva Loja, tres heridos en el accidente se recuperan en los hospitales Dr. Marco Vinicio Iza y González.

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José Miguel Vique Jara, de 32 años y oriundo de Cumandá, Chimborazo, presenta una fractura y conjuntivitis, pronto será dado de alta, indicó Winner Sánchez, director de la primera casa de salud.

Mientras, Eduardo Gómez y Joselo Gaibor, de 21 y 18 años, respectivamente, se hallan en el hospital González, con traumatismos y fuera de peligro.

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Los ministros Rafael Poveda y Esteban Albornoz, de Electricidad y de Sectores Estratégicos, en su orden, visitaron a los heridos. “Ya hemos dispuesto que Coca Codo Sinclair se ponga en contacto con los familiares de los heridos y fallecidos, se cubrirán todos los gastos que se necesiten”, dijo Albornoz.

Poveda anunció la conformación de un equipo técnico de investigación para determinar las causas que originaron el accidente. “Hemos indicado a la empresa fiscalizadora que desciendan por el túnel vertical de 650 metros para detectar qué pasó en su interior, por qué o de dónde salió el agua que arrastró a los trabajadores”, dijo.

En tanto, en el barrio Arazá, en Nueva Loja, se velaba el cuerpo de Carlos Ortega Rendón. Él es uno de los trece fallecidos en el accidente.

Poveda y Albornoz visitaron a Rocío Rendón, madre de Ortega. “Cuando salía de vacaciones nos llevaba a pasear, era mi único hijo varón”, narró la mujer.

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Agregó que Amada Otero, de 72 años, abuelita de la víctima, el pasado viernes había llegado de Guayaquil para vivir en Nueva Loja por un pedido que días antes le había hecho el joven, para cuidarla. “No tuvo tiempo de saludarla”, lamentó. (I)