Una tradición emociona a niños y adultos, desde la década de los setenta: la de los coches de madera. La singular estructura armada con pedazos de madera toma forma en la carpintería David, ubicada en el barrio Buenaventura, parroquia de Chillogallo, sur de la capital.

El propietario David Quishpe contó que la construcción se inició hace dos años por la afición de su hijo a la carrera y por rescatar la tradición quiteña.

Explicó que la creación se la realiza con tablas y pernos con los que se arman las ruedas y asiento. En las ruedas se calan de acuerdo al diámetro de las llantas y se coloca un eje para que tenga velocidad.

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“Se forra con caucho de las llantas viejas para evitar la vibración y para que no se rompan las llantas de madera y se adhieran adecuadamente al piso”, agregó Quishpe.

Su barrio realiza la carrera desde hace cuatro años y esta es la primera vez que la Municipalidad quiteña lo incluye en el programa de fiestas.

El organizador de la carrera de los coches de madera, Enrique Maisincho, sostuvo que el concurso es autogestionado por el barrio, y con apoyo de la empresa privada para rescatar la tradición.

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En la carrera que se inició ayer hubo tres categorías: de 8 a 12 años; jóvenes de 13 a 17 años y de los 18 años en adelante.

La única condición para participar es que el coche sea de madera. Los ganadores recibirían premios económicos de $500 por cada categoría, indicó Maisincho, coordinador del Centro Cultural Chulla Vida.

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Este año se realizarán competencias de coches de madera en el sur, centro, norte y en el valle de Tumbaco.

Una de las competencias más tradicionales de coches se hace desde hace 41 años. Es la Jorge Aguilar Veintimilla. El hermano del fundador, Marco Aguilar, relató que él comenzó con esta competencia para alentar en la recuperación de los niños del hospital Baca Ortiz.

Esta carrera se hace con el auspicio de la empresa privada y del Municipio en los barrios de Las Casas y San Juan.