La historia de la Banda Mocha de Chalguayacu se remonta a la década del 30. Así lo asegura Isidro Minda, quien recuerda que las fiestas de su natal Valle del Chota, pueblo afrodescendiente asentado en las provincias de Imbabura y Carchi, eran con música en vivo y sin equipos de amplificación.

“Pertenezco a la cuarta generación de los integrantes de la Banda Mocha. Nuestra esencia es hacer música con hojas de naranjo, puros, huesos, palos o cabuyo (corneta de penco). Es decir, nosotros hacemos bailar con cosas de la naturaleza”, dice sonriente el hombre de 59 años.

Isidro cuenta que cuando era niño observaba a su padre con mucha atención cómo con las manos estiraba la hoja de naranjo y ponía el borde en los labios para soplar y entonar canciones. “Me arriesgué a imitarlo hasta que lo logré y desde que yo tenía 16 años me hice integrante de la mejor orquesta de nuestro pueblo Chalguayacu, la Banda Mocha”, enfatiza.

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En la actualidad son doce hombres los que forman este grupo y todos son descendientes de los anteriores músicos que en el siglo pasado hicieron bailar a su pueblo.

La Banda Mocha lleva este nombre porque las puntas de las hojas de penco (cabuya) y los puros que utilizan son cortados para generar los sonidos de instrumentos musicales.

Sus integrantes hacen empleo del bombo, de los platillos y del rasquete para lograr mayor volumen en escenarios.

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Ninguno de ellos estudió música, todos aprendieron de generación en generación, por lo que cuando moría uno de sus miembros era reemplazado por su descendiente.

Los doce músicos son agricultores y entre sus plantaciones cultivan sus implementos sonoros como el naranjo del que obtienen sus hojas. Nunca se acompañan de voces en un concierto y aunque su especialidad es ejecutar la bomba, en ocasiones deleitan al público con pasillos y cumbias.

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personas integran la agrupación musical de la provincia de Imbabura.