A capela, con sus voces o con hojas en sus bocas, las tres hermanas: Rosa, Gloria y María Magdalena Pavón tienen la habilidad de realizar ensambles musicales imitando los sonidos de trompetas, tambores y cornetas.

Con este talento, por más de 60 años han recorrido el Ecuador y parte de Colombia haciendo bailar a sus públicos la bomba, música tradicional del Valle del Chota, provincia de Imbabura.

Estas artistas se hacen llamar Las Tres Marías, aunque solo Magdalena fue bautizada por sus padres como María. Con su música y carisma estas mujeres afrodescendientes son un ícono de la cultura afroecuatoriana.

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Sus viviendas de adobe y teja están ubicadas en la comunidad Chalguayacu, a pocos minutos del límite entre las provincias de Imbabura y Carchi. Gloria, de 69 años, vestida de rojo, con una toalla en su cabeza y sentada en un tronco, expresa que su afición por la música la heredaron de su padre, Luis Pavón Lara, quien integró La Banda Mocha.

“Cuando mi papá tenía tocada en Ibarra o Cotacachi, teníamos que dejar sembrando guayaba, aguacate o lavar la ropa en el río Chota para poder acompañarle y verle tocar la guitarra, la rasqueta, la hoja de naranjo, el tambor y a veces hasta la trompeta”, recuerda la líder del grupo.

Rosa, la mayor de las hermanas, dice que cuando acompañaban a su padre no tenían ni radio ni televisión, pero el juego era ser ellas las integrantes de La Banda Mocha, por lo que iniciaron la imitación de los sonidos instrumentales con sus bocas.

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Mientras arregla un colorido collar que hace juego con las flores de su falda, Rosa cuenta que la música no les ha dado buenos réditos económicos, por lo que ejerce de partera de la comunidad. “Por cada alumbramiento que asisto, gano 50 dólares. Yo aprendí dando a luz mis 11 hijos y recibiendo a mis 20 nietos y tres bisnietos”, detalla.

María Magdalena recuerda que uno de los mejores momentos de sus 72 años lo tuvo en Colombia. “Hace cinco años en Cali fuimos a un festival intercultural donde había miles de personas. Al escuchar la percusión de mis labios y nuestra música se emocionaron y cuando con mis hermanas finalizamos la presentación se pusieron de pie y nos aplaudieron por más de cinco minutos”, expresa sonriente.

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Ella para ayudar con los gastos de su familia formada por 11 hijos, 17 nietos y 9 bisnietos, trabaja como curandera y catequista. Y Gloria manifiesta que cultiva tomate y guayaba y va a la feria de Otavalo a comercializar sus productos.

Estas mujeres en el 2012 recibieron un reconocimiento al mérito cultural del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Y hoy, a las 15:00, se prevé un acto en el que serán declaradas Patrimonio Vivo del Ecuador, dentro de la conmemoración del Día del Afroecuatoriano este domingo.