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Debbie Rowe, exmujer de Michael Jackson y madre de los dos hijos mayores del fallecido cantante, declaró el miércoles pasado en el juicio civil por la muerte del Rey del Pop que este tenía “una tolerancia muy baja al dolor” y que los médicos se aprovecharon de él.
Debbie Rowe dijo que las frecuentes visitas de Jackson al médico estaban relacionadas con tratamientos largos y el cantante no intentaba sobornar a sus doctores.