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El Municipio y el Gobierno colocaron fuentes de abastecimiento del líquido vital para la población.
En porcentajes, el daño de los 300 metros de tubería en el páramo del Antisana representa el 1%; sin embargo, el 15% de la población quiteña ha sido afectada.
La entidad indica que estas prácticas ponen en riesgo la salud de toda la familia.
La meta para el Municipio es que el domingo 20 de julio el agua empiece a fluir nuevamente por los barrios afectados.
Comerciantes de la avenida Martha Bucaram deben llenar tanques en otra zona y gastar entre $ 10 y $15 diariamente en transporte.
Los inspectores de la AMC solicitaron al infractor que desistiera de la actividad. Sin embargo, el ciudadano hizo caso omiso.
“Estamos más cerca de restablecer el agua potable para el sur de Quito”, dijo el alcalde Pabel Muñoz en la red social X.
Tareas de reparación se extendieron por más de 24 horas y se activó distribución de agua con tanqueros.
Durante esta inspección en territorio también estuvieron la vicepresidenta María José Pinto y el ministro de Transporte y Obras Públicas, Roberto Luque.
El vehículo pesado resultó involucrado en un siniestro vial y terminó a un costado de la vía el lunes 14. Siguen labores de limpieza en zona de incidente.
350 metros de tubería en una línea de conducción de 45 kilómetros desde el sector Mica hasta la planta El Troje se instalarán en el páramo del Antisana.
La Cruz Roja es la entidad que provee los equipos.
El suministro se coordina en función de los requerimientos de cada centro médico.
Al ofrecer agua, David Martin quiere ofrecer “un pequeño alivio a conductores, familias y niños del vecindario”. La situación se volvió pesada en el vecindario.
Existe una rotura de 300 metros en la tubería.
Los trabajos en la zona del deslizamiento deben apresurarse, pero también hacerlo con responsabilidad para no exponer a obreros.
Labores están focalizadas en la remoción de tierra y la construcción de la plataforma que cubre la tubería en La Mica.
Hasta este domingo se cuenta con 60 tanqueros para distribuir el líquido vital a zonas afectadas del sur de Quito.
Verónica Sánchez, gerente de Epmaps, espera que el número de cisternas móviles se incremente a diez en distintos puntos.
La cartera de Estado responsabilizó al Municipio de no tener un plan de contingencia ante el desabastecimiento de agua potable en el sur de Quito.