Ciertos taxistas dicen al pasajero que se siente a su lado, si no, no inician marcha. Es incómodo, no por ser racista, creído, no por discriminar a un ser humano que se gana la vida trabajando como chofer; sino porque no tienen los permisos para circular y no quieren que los agentes de tránsito los paren, pidan sus papeles y los multen; así pasan de agache que van con un persona amiga, familia, y engañan a la autoridad. Dichos choferes o sus jefes son ellos que deben arreglar ese problema ante la ley, no el usuario que no debe taparles.

Nos quejamos que las autoridades no respetan la ley, debemos denunciar lo malo, los abusos a las normas; esto se suma a muchas infracciones pequeñas y grandes, por tanto estamos como estamos en lista de los países más corruptos, desorganizados que hacemos lo que nos viene en gana. Permitir cosas que no están bien, es ser parte de esa argolla, y después nos quejamos. Por algo, por control, seguridad, etc., el transportista público debe estar regulado, tener documentos de profesional del volante, de que está en un gremio que se hace responsable de un abuso, etc. Es incómodo para una dama en vestido que se le sube y ven más las piernas, viajar sentada junto un señor desconocido. Mas, en pandemia deben mantener distancia, el conductor adelante separado por una pared de plástico, y los o el pasajero hombre o mujer, sentado atrás. (O)

Sasha Villavicencio I., Guayaquil