El accionar del árbitro colombiano Roldán que dirigió el encuentro Ecuador–Brasil, considerado uno de los mejores ‘pitos del mundo’, fue desastroso. Estando Colombia en situación expectante en la tabla, Ecuador debía perder obligatoriamente ante Brasil, puntero y clasificado al mundial con méritos propios.

En el famoso VaR (Value at Risk, o Valor en Riesgo; árbitro asistente de video o sistema de asistencia arbitral de video) opino que alguno torcería las decisiones de Roldán y obligaría, quién sabe cómo, a mantener al arquero brasileño y no cobrarle dos penales con los que Ecuador habría ganado y asegurado su presencia en Catar. Lo hecho por el VaR le quita todo el prestigio como invento infalible de la FIFA; cualquier veredicto por justo que sea, será sospechoso, al menos si el potencial perjudicado es un equipo de esos que ‘no deben perder’ y que de hecho existen. Desde luego que no sospecharon que Perú le haría la casita a Colombia al día siguiente y, prácticamente, lo despacharía de la Copa. Cómo sería de burdo el accionar del VaR que la prensa mundial y el propio entrenador de Brasil lo criticó acremente. Esto se volvió una estafa y los culpables deberían ir a la cárcel si se quiere salvar al VaR, a las puertas del mundial. Si el Ecuador no clasifica, ya tenemos a quién culpar. (O)

Carlos Gonzalo Mosquera Benalcázar, doctor en Medicina, Quito