La Catedral Emperatriz de Santa Elena en el pasado mostró un imponente altar mayor de corte gótico con pilares de mármol y retablos de madera para los católicos que acudían a visitar la imagen de nuestra patrona la emperatriz Santa Elena.
En agosto no faltaban los arreglos con coloridas telas florales y cirios encendidos en su honor en su fecha especial cada 18 de agosto, día de nuestra patrona. Virtuosas damas de varias familias se encargaban de esta labor.
Cuando el altar presentaba algún deterioro, para ser restaurado era intervenido por el maestro carpintero bajo la atenta mirada del sacerdote de aquel entonces. Los trabajos realizados para la restauración eran financiados por el comité pro reconstrucción del altar mayor, presidido por Fausto Borbor Solano, representante de noble familia y entusiasta ciudadano dedicado a buscar el bien de la comunidad.
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En la víspera de la fiesta del 17 de agosto, en conmemoración de nuestra patrona, se realizaba una misa solemne y procesión por las calles. Desde los balcones se ofrecían pétalos de flores y papel picado que eran lanzados a la anda de la santa.
Terminada la procesión en el atrio principal de la iglesia la banda de pueblo brindaba una retreta de música festiva. Un imponente castillo de tres cuerpos se encendía, antes del paso de la vaca loca y la pirotecnia se encendía.
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Terminada la quemada, las familias recorrían los baratillos apostados en calles y ferias en locales como en el Club Olimpia.
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También continuaba el baile luego de concluir el desfile cívico militar. Las casas se pintaban, las calles se engalanan con los colores verde y amarillo. Los juegos populares eran la atracción del público. Palos ensebados, sartén mágico, carrera de ensacados, torneos de cintas, gallo despescuezado y más eran parte de los festejos. (O)
Evelio Patricio Reyes Tipán, Santa Elena