Nos entristece el fallecimiento de Rodrigo, que con Jaime Roldós y Oswaldo Hurtado integró el equipo defensor de los derechos del pueblo. Inteligencia, honradez y autenticidad fueron las bases de su presencia en la política. Irrumpe con una propuesta social de centroizquierda en un ambiente dominado por grupos de derecha y capitalistas que no gustan, desconfían y en lo posible impiden las propuestas auténticamente populares.

Su política tenía muchos obstáculos y adversarios fuertísimos. En esto podemos compararlo con la labor que emprendió en su oportunidad el general Alfaro. Pretendía Borja iniciar importantes cambios en democracia para lo cual requería un masivo apoyo popular. El Dr. Borja sembró, la cosecha ha sido pobre, seguimos en el atraso que es un problema nuestro, de lo cual tenemos que convencernos, que nadie nos librará sino retomando el camino de quienes como Rodrigo Borja plantearon una auténtica democracia con redención popular.

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Borja no usó métodos populistas para ofrecer bienestar popular, razón por la cual no logró el apoyo que debía darse a sus propuestas. Lógico habría sido que el pueblo se aglutinara masivamente en torno a los planteamientos de Izquierda Democrática, respaldo con el cual se habrían implementado obras y cambios muy importantes. Las bases populares fallaron, demostración de inmadurez. Su gobierno no dio cabida a los escandalosos perjuicios que permanentemente recibe el Estado ecuatoriano.

Concluyó su periodo debido a la solidez de su gobierno, contra el cual se estrelló la oposición fundada exclusivamente en desacuerdos ideológicos, mas no en acusaciones de corrupción. El país, sus ciudadanos dejaron pasar un proyecto político muy serio y esto no es nuevo, con lástima hemos observado que cuando aparece un movimiento con mucho respaldo ético, aparece paralelamente una oposición demoledora a vista y paciencia de la opinión pública en complicidad con los partidos políticos.

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La prensa, un conjunto de periodistas y gente que hace opinión se han movilizado para recordar al Dr. Borja; por su labor y honestidad ejemplar. El Dr. Borja dirigió para que Guayaquil tenga agua potable, apoyó a la Junta de Beneficencia de Guayaquil en momentos difíciles, dio personería jurídica a la Confederación de Nacionalidades Indígenas e inició la rehabilitación del sistema ferroviario del Ecuador, fundamentalmente para beneficio del indigenado. El elogio no encuentra la palabra precisa y eso pasa cuando queremos dimensionar a un personaje excepcional que se ausenta. Jamás en política utilizó la campaña sucia, en la oposición fue noble opositor y como debatiente respetó a su contrincante y al pueblo oyente. Hoy la sociedad ecuatoriana añora la ausencia de este ilustre caballero. (O)

Rafael Mendoza Avilés, abogado, Guayaquil