Varios amigos y familiares cercanos, que han leído mis modestos razonamientos personales, a través de esta ventana de EL UNIVERSO, me han hecho unas oportunas recomendaciones para hacerlas trascendentes a los lectores de El Mayor Diario Nacional, con su medio impreso, y con la web para los lectores en países de todo el orbe.

La primera recomendación es que en las Fuerzas Armadas del Ecuador, Ejército, Marina y Aviación, así como en la Policía Nacional, se debe ejecutar una depuración de sus miembros de todo nivel, puesto que alguno de estos puede haber caído en decisiones contrarias a los objetivos éticos y morales institucionales. Las personas pasan y las instituciones deben permanecer alejadas de la corrupción, para defender a nuestra querida patria de los ejes del mal.

El segundo punto es que debe haber una reorganización de la Función Judicial, así como de otras instituciones como el SNAI, donde las autoridades y sus miembros también han incumplido con el deber de investigar, controlar e impartir justicia, sin temor ni favor.

Publicidad

Como tercera recomendación está que se proceda a sustituir a los integrantes del Tribunal Supremo Electoral, prorrogados en funciones por más de una década, permitiendo que movimientos y partidos políticos participen en elecciones mediante registros anormales.

En cuarto lugar, que se designe, mediante elección independiente, no presidencial, a los integrantes de la Asamblea Nacional, con un registro idóneo de capacitación profesional y certificados de antecedentes personales, sin impedimentos de leyes civiles y penales.

Al Ecuador no se lo puede identificar como un país pobre, que le impide salir del subdesarrollo, porque cuenta con universidades -públicas y privadas- y principalmente con recursos naturales como petróleo, gas, minas de oro, cobre y plata, un extenso mar territorial para la pesca, el comercio y la exportación de sus productos, vastos sectores de camaroneras; regiones de la Costa, Sierra y Amazonía para promocionar el turismo y la agricultura, y el archipiélago de Galápagos como Patrimonio de la Humanidad.

Publicidad

Los gobiernos, civiles y militares, en diversos períodos y con contadas excepciones, sin tener mecanismos materiales de defensa militar y una diplomacia capacitada, son los responsables de su desmembramiento territorial y su deficiente administración; y por qué no decirlo, implícitos en actos de corrupción por parte de aventureros y pseudolíderes políticos que han destruido el tejido social, impidiendo que los ciudadanos de bien se conviertan en depositarios de un futuro de paz, seguridad y prosperidad, proyectando un mensaje positivo para la comunidad internacional. (O)

Francisco Medina Manrique, periodista, Guayaquil