El quinto puente se trata de una de las obras más importantes del país, que lleva un retraso de más de 20 años. Estaría situado a unos 5 kilómetros río abajo de las esclusas sobre el río Guayas, que uniría el puerto marítimo con el cantón Durán, pero sigue en pañales.

La obra beneficiaría directamente a Guayas, El Oro, Los Ríos, Azuay, Chimborazo y Tungurahua, ahorraría al transporte bananero y pesado del Ecuador gastos en llantas, gasolina y sobre todo una hora de tiempo; descongestionaría la vía Perimetral de Guayaquil que en 5 años colapsaría por el aumento progresivo del tráfico y más razones. El quinto puente fue aprobado por el entonces ministro de Obras Públicas del gobierno del doctor Mahuad y se pretende, según las bases, que los entendidos las consideran imperfectas; que recién a fin de año se conocerán los proyectos de los nuevos interesados. No entendemos las rémoras y los alargamientos de la obra. El costo se recuperaría con el cobro del pontazgo por un determinado número de años, se estima de unos 1.000 millones de dólares o algo más, con posibilidad de ampliar su plataforma para que el ferrocarril del Ecuador llegue por primera vez a Guayaquil. Me preocupa que nuevos oferentes presenten costos inferiores, restándole servicios al puente o eliminando los 42 kilómetros de carretera desde Durán, de tres carriles de ida y de vuelta, de 42 kilómetros de largo con posibilidad de enlazarse con otros ejes viales que van a otros cantones del país, hacia el centro y norte del Ecuador. El presidente Lasso expresó su interés en la obra, en julio del presente año e invitó a la Alcaldía de Guayaquil a unirse al proyecto, que esta aceptó. ¿Quién o quiénes se oponen a una obra de interés nacional?, sería interesante averiguarlo. (O)

Sucre Calderón Calderón, abogado, avenida Samborondón